martes, 2 de marzo de 2010

Ser como ellos - 2 - ADMITIR-SE - (admitir ser...)

La tendencia a la imitación es un mecanismo de supervivencia y aprendizaje instintivo.
Es sano, simple, espontáneo, directo, y eficaz.
Se puede observar a todo lo largo y ancho del acontecer en la naturaleza.

Esto es así, externamente hablando, claro está.

Internamente, no existe la posibilidad de no ser el que se es; por tanto no existe ninguna posibilidad de "llegar a ser", de "ser como"...

Usted es usted, sea lo que ello sea, y es lo único que puede ser.
Además, es el único usted que puede ser usted.

Cada quien es único; condenadamente único.

Tratar de ser como uno no es, es tratar de no ser como si se es.
Es tratar de no sentir como siento, y esforzarme, tratar de convencerme de que siento de un modo que no siento.

Puedo mentalmente crear cualquier sentimiento artificial, ficticio, en relación a lo que sea.
Pero no puedo "crear" el sentir natural.
Este me viene dado.
Es lo que soy, sin lugar a opción o elección alguna.
En ello no hay nada que decidir.
Lo interno es el reino donde no hay jamás ninguna decisión que tomar.
JAMÁS.

Usted siente como siente, y no siente como no siente.
Y esto es lo único real.
La verdad de lo que usted es.

Usted, y su verdadero sentir, son de hecho, lo mismo.
Su verdadero sentir es usted, como de verdad usted se siente frente a cada cosa y cada ser, de momento en momento.

Es la vida, manifestándose única en usted, como usted.

Cualquier otra cosa, es un invento, un traje que no es a mi medida.
Es tensión, incomodidad y malestar interior, sufrimiento.

Estas son las voces de la alarma que me dice que he adoptado como propio algo que no refleja mi sentir real.

Por tanto, tratar de ser, o tratar de sentir, o de llegar a ser, siempre es un movimiento de la atención desde lo real hacia lo mental o irreal; desde lo natural hacia lo artifiial; desde lo innato a lo adquirido; desde lo original hacia la imitación.

Siempre es tratar de "ser como...".

Es una noción que introducen en uno tempranamente, y que luego uno adopta como propia, y la mantine y defiende a capa y espada, hasta la muerte y más allá.

Es el movimiento de imitación que tanto funciona en el aprendizaje primario en lo externo, que quiero imponerlo también en lo interno, donde no aplica, pues en lo interno no hay posibilidad o elección.

Lo interno es el reino donde lo vivo cambia en su modo de sentirse, pero jamás en su particular sentido de ser si mismo, con ese particular perfume que sólo uno mismo es.

Por eso es que, independientemente de como uno se siente frente a algo o alguien, independientemente de los cambios que se vayan dando a lo largo de distintas etapas o momentos de la existencia, uno siempre se siente el mismo; uno siempre se "reconoce" como el mismo, sintiéndose hoy así, mañana asá, pero siempre uno mismo.

Idéntico a si mismo.


Todo tratar de ser, es siempre tratar de "ser como ellos".
Siendo "ellos", todos los referentes, reales o imaginados, de los cuales uno toma las nociones de como uno debiera ser; los "modelos" sobre los cuales uno construye su propio ídolo mental.

En el altar mental de dicho ídolo imaginario, uno sacrifica su corazón, y con él, el precioso y finito tiempo de vida, con que la vida nos ha obsequiado.

Hay identificación con alguna característica que otro exhibe y que yo asumo o creo no tener, y nace así la idea de que "necesito ser como..." para poder sentirme bien, completo, yo mismo.

A partir de ahí la búsqueda hacia afuera, tratando de llegar a ser, a sentirme, a lograr, a tener, etc, etc, etc.

Hasta que la muerte nos se-pare.

Hasta que la muerte nos pare; pare en uno el movimiento de la estupidez inconciente, de la insensatez miserabilizante, de la locura que todos compartimos como "lo normal".



El esfuerzo por tratar de ser, es hijo de la idea sugerida a mi por un tercero, de que yo "debería ser..." para poder sentirme...

La creencia en dicho "debería", crea en mi el sentimiento de que "necesito ser...".


Es una voz tan demencial, como sin-sentido y extranjera.

Es decirle a un perro que el no debería volver a decir guau.
O a un pino que debería dar manzanas.
O a usted, que no debería ser usted; que usted debería ser "otro".
Debería "ser como" fulano, o como mengana, etc.
Debería "esforzarse" por ser, o "llegar a ser...".

Lo de demencial me parece que ya quedó claro.


Sin-sentido.
Pues es eso mismo, un movimento de la atención desde el sentir real, hacia un modelo mental.
Es dejar de lado el como siento para atender a una idea sobre como "debería" sentir.
Es sin-sentido.
Y lo que sea que usted haga pero que verdaderamente no lo sienta, siempre será un sinsentido para usted.
Punto.


Extranjera.
AJENA A NUESTRO PROPIO SER.

Este es un punto crucial a la hora de indagar.

Pues basta con preguntarse con verdadero interés y atención ¡¿Quién dijo?!, y no contestarse nada mentalmente sino sentir, para darse cuenta de que esa voz no es nuestra, no es mi voz, no soy yo; no es mi verdadero sentir. NO ES NUNCA ALGO QUE EL CORAZÓN ME DIJO.

¡¿Y quién dijo que yo ya no soy yo?!

¡¿Quién dijo que tengo que llegar a ser...?!

¡¿Quién dijo que debería ...?!

¡¿Quién dijo que esa parte de tal o cual "enseñanza" o doctrina es lo que se aplica a mi en este momento?!

¡¿Quién dijo?!

¡¿Es eso lo que usted realmente siente?!

¡¿Y quién le dijo a su padre, a su sacerdote, a su maestro, a su gurú, o a quien carajo usted quiera, que usted no debería ser en este momento tal cual usted es en este momento?!

¡¿Quién dijo?!

Si usted no debiera en este momento sentir como siente, ni ver como ve, ni no ver como no ve, ni pensar como piensa, y por consecuencia, actuar como actúa, entonces usted no "debería" ser usted, "debería" ser otro!!!

¡¿No se da cuenta de que esa voz, no es de usted, no es usted, no es su sentir?!

¡¿No se da cuenta de que usted no se siente realmente así?!

¡¿De que usted no siente así?!

¡Basta ya de una buena vez!
¡Usted no tuvo, ni tiene, ni tendrá jamás ni la más mínima posibilidad de no ser el que es, ni de llegar a ser de un modo que en realidad usted NO ES!!!


¡Y usted lo sabe!


¡Deje ya de tratar de mentirse usted mismo a usted!

Ello es imposible, pero además es lo que no le permite vivenciarse a usted mismo y su vida desde la plenitud natural de ser.

O mejor dijéramos, vivenciarse ser, sin carencias ni necesidades internas de ningún tipo.


La clave es ADMITIR-SE.

Pues cuando uno admite la verdad en voz alta frente a si mismo escuchándose, entonces ya no la puede esconder más en los recovecos mentales de la nebulosa inatención.

Ya no puede seguir haciéndo como que "no sabe".
Como que no se había dado cuenta.

Ya no más.


Hay que hablarse, más que hablar con el psico-loco.
Hablarase, y serse franco.

Más que sincero.
Más que honesto.

Simplemente, absolútamente franco.

¿Para qué continuar jugándose trampas al solitario o insistir con una estrategia que jamás nos ha sacado de donde estamos?


Admitir, que a pesar de todos mis esfuerzos, siempre he sido yo mismo.
En el fondo, siempre yo mismo.

Admitir, que más allá de todo mi convencimiento, jamás sentí realmente de ese modo en que tanto traté de sentir.

Admitir, que por más que quise parecerme, no soy ellos, soy yo.

Admitir, que por más que he cambiado, hay algo en mi que no cambia y que jamás va a cambiar, ni aún el día mismo en que este cuerpo muera, y es que siempre soy yo mismo, y nunca otro; nunca ese otro que han querido que sea o que me parezca a...

Admitir, que cualquier intento por sentir de un modo que no siento, por ser de un modo que no soy, o de apartentar gustar de lo que no gusto, o de que siento interés por lo que no me interesa, lo único que va a traer a mi vida es más sufrimiento, tensión, malestar, agotamiénto, angustia, náusea y sinsentido. Desconección de la vida real que soy yo mismo siendo yo mismo.

Y ni siquiera podré complacer a nadie, pues por más esfuerzo que realice, jamás lograré llegar a ser lo que creen que debo ser; ¡siempre seré yo mismo fingiendo que no soy yo mismo!

Admitir que esto es lo que soy, sea lo que sea que ello sea, como sea que ello sea.

Admitir que siempre ha habido y va a haber gente a la cual le agrade tal cual soy, y gente a la cual no le agrade tal cual soy, y que está bien que así sea!

En definitva, es admitir y celebrar, que no sólo yo soy como soy, sino que cada quien es como es, independientemente de que uno admita que eso es así o no!



Ese admitirse es el verdadero dejarse ser.

Sin condiciones, sin intentar "cambiar" o "mejorar".

Ese es el veradero cambio, la veradera alquimia, que transforma la cualidad interior, el "ambiente" interior, y la calidad del propio vivir.

Es abrazarse.

Abrazar lo que es.

Y cuando se es capaz de abrazar la vida tal cual es, sin ponerle condiciones ni reparos, entonces ya lo que suceda específicamente en el acontecer cotidiano pasa a un segundo plano.

No hay más nada que hacer.

La vida es simple e indisimulablemente, a cada instante, en cada momento y paso del camino, la bendición de ser.





Richard Mesones.