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Confusión es cree que uno es un "yo-que-necesito-que-X-no-sea-así-para-poder-sentirme-en-paz-con-la-vida".
Sin esa falsa creencia, al ver la FALSEDAD de la misma, lo que queda, es lo que SOY.
Ese SOY que todos somos.
El mismo SOY.
Lo que queda es COMUNIDAD.
La Común-Unidad inalterable de todo lo que es, en el fluir constantemente cambiante de las apariencias de lo que es.
Richard Mesones.
sábado, 21 de noviembre de 2009
No hay dos problemas que resolver!
.
No hay ni ha habido jamás dos problemas que resolver.
A lo sumo, tan sólo uno, si acaso.
El de la acción adecuada.
La acción que es gracia, que es fluir en unidad.
La acción que es paz, comunión; que nace de la paz, y que se desarrolla y muere en la paz.
Esa acción es el producto espontáneo de la claridad interior.
Si ese asunto es resuelto, ¿qué asunto quedaría por resolver?
Y la claridad interior no es algo que se pueda alcanzar.
Así como cuando el ojo no está obstruído la resultante natural es la visión, así mismo cuando la mente no está ofuscada por la confusión su ser natural es-la-claridad misma.
Por tanto el problema que nos reta se llama confusión.
Y la confusión no es algo en si real.
Es, muy por el contrario, no darse cuenta de estar tomando como real algo que no lo es.
Es creer que se necesita algo que no se necesita.
Pero mientras se creea necesitarlo uno se sentirá indefectiblemente "necesitado" de ello como si dicha carencia fuese real.
Esa es la "magia" trás el asumir que es la negación del darse cuenta.
Por tanto el verdadero "problema" o reto no es algo a "resolver", sino una cuestión a investigar, a indagar para ver la verdad o falsedad de los constructos o creencias mentales que lo sustentan.
No existe tal cosa como la "carencia o necesidad interior" propiamente dicha.
Exite la sensación de incomodidad interior, de tensión, de malestar o sufrimiento, de descontento, como señalador de que he asumido como real, como verdadera en relación a mi sentir, una supuesta "necesidad" que en realidad, en mi verdadero sentir, no es tal, no existe.
El sentido de totalidad, de completitud es inherente a la integridad del ser, y no a una circunstancia material o bioquímica particular.
Es independiente del fluir de lo que es.
Y por tanto no necesita de ninguna condición en particular de este para poder ser.
Es autónomo.
Pues es la naturaleza misma de ESO que es lo único que ES, de eso que es TODO.
O sea que frente a un "problema" o malestar interior, lo único inteligente de "hacer" es indagar.
Cuando se ve con claridad que no se necesita lo que se creía necesitar para sentirse en paz, en comunión, entonces, hay comunión, y hay claridad interior.
Y la acción adecuada brotará en el momento de esa claridad.
Ricahrd Mesones.
No hay ni ha habido jamás dos problemas que resolver.
A lo sumo, tan sólo uno, si acaso.
El de la acción adecuada.
La acción que es gracia, que es fluir en unidad.
La acción que es paz, comunión; que nace de la paz, y que se desarrolla y muere en la paz.
Esa acción es el producto espontáneo de la claridad interior.
Si ese asunto es resuelto, ¿qué asunto quedaría por resolver?
Y la claridad interior no es algo que se pueda alcanzar.
Así como cuando el ojo no está obstruído la resultante natural es la visión, así mismo cuando la mente no está ofuscada por la confusión su ser natural es-la-claridad misma.
Por tanto el problema que nos reta se llama confusión.
Y la confusión no es algo en si real.
Es, muy por el contrario, no darse cuenta de estar tomando como real algo que no lo es.
Es creer que se necesita algo que no se necesita.
Pero mientras se creea necesitarlo uno se sentirá indefectiblemente "necesitado" de ello como si dicha carencia fuese real.
Esa es la "magia" trás el asumir que es la negación del darse cuenta.
Por tanto el verdadero "problema" o reto no es algo a "resolver", sino una cuestión a investigar, a indagar para ver la verdad o falsedad de los constructos o creencias mentales que lo sustentan.
No existe tal cosa como la "carencia o necesidad interior" propiamente dicha.
Exite la sensación de incomodidad interior, de tensión, de malestar o sufrimiento, de descontento, como señalador de que he asumido como real, como verdadera en relación a mi sentir, una supuesta "necesidad" que en realidad, en mi verdadero sentir, no es tal, no existe.
El sentido de totalidad, de completitud es inherente a la integridad del ser, y no a una circunstancia material o bioquímica particular.
Es independiente del fluir de lo que es.
Y por tanto no necesita de ninguna condición en particular de este para poder ser.
Es autónomo.
Pues es la naturaleza misma de ESO que es lo único que ES, de eso que es TODO.
O sea que frente a un "problema" o malestar interior, lo único inteligente de "hacer" es indagar.
Cuando se ve con claridad que no se necesita lo que se creía necesitar para sentirse en paz, en comunión, entonces, hay comunión, y hay claridad interior.
Y la acción adecuada brotará en el momento de esa claridad.
Ricahrd Mesones.
CONFUSIÓN ES EL NOMBRE DE LA ÚNICA ENFERMEDAD (corregido).
Claridad es poder discernir nìtidamente cual es mi sentir real y cual no lo es.
Ver lo falso como tal para que sòlo lo verdadero quede en mi asumido como tal.
Y poder asì responder desde mi sentir real a la realidad, a lo que es, en comuniòn con lo real, desde lo real.
Lo real respondiéndo a lo real.
La Verdad que es ESO que ES manifestándose como lo-que-es a cada momento en cada quien y en todo nuestro alrededor.
Como la realidad.
El fin de la ilusiòn (ignorancia de què es real) es el fin de la pretendida "separaciòn" de lo real y el fin del sufrimiento.
Es el fin de la extrtanjerización de uno mismo que supone el asumir que uno siente de un modo que no siente, y que no siente del modo que sí siente.
Es el fin del divorcio interior. De la fragmentación. De la dualidad. Del conflicto.
El fin de la confusiòn es claridad, es realidad y comuniòn con-en lo real.
Es integridad. Integralidad de lo único que ES, de lo único que hay.
CONFUSIÓN es el nombre de la ùnica enfermedad que sufre y ha sufrido siempre la humanidad.
Richard Mesones.
Ver lo falso como tal para que sòlo lo verdadero quede en mi asumido como tal.
Y poder asì responder desde mi sentir real a la realidad, a lo que es, en comuniòn con lo real, desde lo real.
Lo real respondiéndo a lo real.
La Verdad que es ESO que ES manifestándose como lo-que-es a cada momento en cada quien y en todo nuestro alrededor.
Como la realidad.
El fin de la ilusiòn (ignorancia de què es real) es el fin de la pretendida "separaciòn" de lo real y el fin del sufrimiento.
Es el fin de la extrtanjerización de uno mismo que supone el asumir que uno siente de un modo que no siente, y que no siente del modo que sí siente.
Es el fin del divorcio interior. De la fragmentación. De la dualidad. Del conflicto.
El fin de la confusiòn es claridad, es realidad y comuniòn con-en lo real.
Es integridad. Integralidad de lo único que ES, de lo único que hay.
CONFUSIÓN es el nombre de la ùnica enfermedad que sufre y ha sufrido siempre la humanidad.
Richard Mesones.
NO HAY NADA QUE SE PUEDA HACER PARA DARSE CUENTA.
De hecho, todo lo que se, es producto de la identificación con el pensamiento, siendo esto lo que no nos deja darnos cuenta de darnos cuenta.
Tan sólo produce más agitación interna. Más ruído mental. Más interferencia en la sensibilidad natural, en el SENTIR original. Más "estática" interior.
Por eso la liberación interior a través de la autoindagación es un no-hacer.
Preguntarse. No contestarse. Sentir. Dejar que el sentir traiga la respuesta.
PREGUNTARSE. NO CONTESTARSE. SENTIR. DEJAR QUE EL SENTIR TRAIGA LA RESPUESTA.
La respuesta que es el darse cuenta.
El darse cuenta del sentir. El darse cuenta del darse cuenta.
De como se siente uno en y frente a lo-que-es.
Tal cual es.
Sin dualidad mental ni fantasía, ni distorsión, ni conflicto.
Esa es la liberación interior a través de la autoindagación.
La liberación de la sensibilidad-conciencia-mente-corazón de la distorsión mental creada por la falsa dualidad, por el conflicto planteado por las "opciones" que ofrece el pensamiento frente a lo que es.
Libres de este conflicto, de esta falsa dualidad mental, existe ...
Lo que queda cuando no se está identificado con una idea de hacer...
Eso que queda, lúcido, claro, incondicionado, inocente...
ESO es el Darse Cuenta dándose cuenta de Si.
ESO que es lo-que se da cuenta porque Darse Cuenta es su Naturaleza inalterable.
No hay nada que se pueda "hacer" para darse cuenta.
NO HAY NADA QUE SE PUEDA HACER PARA DARSE CUENTA.
Richard Mesones.
Tan sólo produce más agitación interna. Más ruído mental. Más interferencia en la sensibilidad natural, en el SENTIR original. Más "estática" interior.
Por eso la liberación interior a través de la autoindagación es un no-hacer.
Preguntarse. No contestarse. Sentir. Dejar que el sentir traiga la respuesta.
PREGUNTARSE. NO CONTESTARSE. SENTIR. DEJAR QUE EL SENTIR TRAIGA LA RESPUESTA.
La respuesta que es el darse cuenta.
El darse cuenta del sentir. El darse cuenta del darse cuenta.
De como se siente uno en y frente a lo-que-es.
Tal cual es.
Sin dualidad mental ni fantasía, ni distorsión, ni conflicto.
Esa es la liberación interior a través de la autoindagación.
La liberación de la sensibilidad-conciencia-mente-corazón de la distorsión mental creada por la falsa dualidad, por el conflicto planteado por las "opciones" que ofrece el pensamiento frente a lo que es.
Libres de este conflicto, de esta falsa dualidad mental, existe ...
Lo que queda cuando no se está identificado con una idea de hacer...
Eso que queda, lúcido, claro, incondicionado, inocente...
ESO es el Darse Cuenta dándose cuenta de Si.
ESO que es lo-que se da cuenta porque Darse Cuenta es su Naturaleza inalterable.
No hay nada que se pueda "hacer" para darse cuenta.
NO HAY NADA QUE SE PUEDA HACER PARA DARSE CUENTA.
Richard Mesones.
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