.
Este es el secreto de toda vida.
Que no hay propósito para estar aquí.
O lo que es lo mismo, que el propósito de estar aquí es estar aquí.
No estar aquí así o asá, de tal o cual modo.
Sino simplemente estar aquí como sea que uno esté en este momento.
No hay ningúna manera de estar aquí que sea "la correcta".
Ni ninguna que no la sea.
Y creer cualquier otra cosa es "luchar, esforzarse y sufrir por llegar a ser".
Por no ser lo que soy como soy, y llegar a ser algo que no soy.
Creer eso es convertirme en un "yo-inadecuado" que se siente como una entidad aislada, separada de la vida, a la cual las cosas le suceden a él.
Un "yo" que tiene que estar todo el tiempo esforzándose por "progresar", por "ser mejor", por acercarse a "lo que debería ser".
Sin esa creencia, hay comunión internamente.
Y por añadidura, externamente también, al punto que "interno" y "externo" se disuelven.
No hay ya más "yo", que en realidad nunca hubo.
Hay sólo la vida, siendo lo que es, manifestándose con la apariencia de cada cosa y cada quien.
Hay sólo lo Absoluto, que ha querido saborearse a si mismo en la aventura absolutamente irrepetible de ser, de existir, de estar aquí, ahora, como el usted que "usted" aquí y ahora es.
Sin nada por lo que matar o matarse.
Sin nada que tener que lograr o alcanzar para hacerse merecedor de sentirse en unidad con la vida.
Sin nada especial que haya que saber o hacer para disfrutar.
Y lo que es más, sin nadie que mate o se mate, sin nadie que tenga que hacer o saber o tratar de o lograr o alcanzar nada.
Sin ningún "yo" que tenga que hacer nada para ser así o llegar a ser asá.
Hay tan sólo lo Absoluto, lo único que ES, siendo usted, yo, la rosa y el clavel.
Hay lo mismo que hasta ahora ha habido, y lo mismo que probablemente después de ahora va a haber.
Y si hay lo mismo, ¿cuál es la diferencia que el darme cuenta de este secreto me puede hacer?
La diferencia es abismal.
En una nunca hubo ni habrá jamás paz.
En la otra nunca habrá nada más que paz.
Y contento.
Y absoluta e imperturbable conciencia de que se está en casa, y de que jamás se ha dejado ni se dejará de estar.
El propósito de estar aquí es estar aquí.
Este es el "secreto" que jamás podrá ser "mi" secreto o "tú" secreto.
Es el secreto de toda vida.
El secreto de la vida.
Richard Mesones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario