jueves, 11 de febrero de 2010

Sentirse bien.

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Sentirse bien con uno mismo es estar siendo uno mismo, sin imposiciones distorsionantes.

Es estar en comunión con uno mismo.

O sea, es estar en comunión. Y punto.

Y como ese estado interior es a través de lo que miro y a través de lo que me relaciono con el "mundo exterior", cuando hay unidad dentro, hay unidad fuera, HAY UNIDAD CON LA VIDA, como sea que esta se nos presente en cada momento.


Así como cuando el zapato es cómodo uno se olvida del pie, cuando hay comunión, unidad, la mente abandona todo temor y todo deseo, y se olvida del "yo". NO NECESITA DESEAR NADA, NI TIENE NADA QUE TEMER.

"Yo que necesito que esto sea así", "yo que necesito que X no sea asá", etc.

Y como este "yo separado/en conflicto" con la vida, es tan sólo una construcción mental, al ser olvidado, cesa.


Cesa de "ser" el que en realidad jamás fué; el que jamás ha sido, ni es, ni será.


La ilusión, lo mental, es por definición, lo que no existe, lo que no ha existido jamás.

Ilusión es creer que algo que no existe en la realidad, en realidad existe.

Es tomar una imágen mental por un hecho.



Lo que queda, libre de ilusiones y "necesidades" ficticias, es la vida siendo usted, líbremente.

La divina energía de la vida expresándose, particular y diversamente, como cada cosa y cada ser, en esta maravillosa danza indefinible que es el vivir.




O sea, que sentir como sea que uno sienta frente a la realidad de lo que es, jamás es el problema.

El problema, el conflicto y la confusión vienen de la mano de una CREENCIA que distorsiona mi natural sentir, que es la natural sensibilidad de la vida en mi.


Cuando asumo/creo que "necesito que X sea distinto de como es para sentirme bien conmigo mismo", entro en la falsedad.

Mi propia sensibilidad, que es eso que soy, con ese modo único de sentir que me hace único, reacciona entonces al pensamiento, a la creencia tomándola por la realidad, como si fuera un hecho.

Se creea así en uno, de manera totalmente artificiosa, mental, auto-inducida, un senti-MIENTO de reacción.

De aparente reacción a como la realidad es, pero que en realidad, es una reacción emocional a mi creencia sobre "como la realidad debería/no debería ser".

Ello me hace sentirme de un modo que en realidad no me es propio, no es auténtico.
No es mi verdadero y natural modo de sentir, de ser.

Me falsifica.
No estoy siendo yo mismo.

O mejor dicho, me falsifico, por ignorancia, por falta de discernimiento.
Por distracción.
Por falta de autoindagación frente al malestar.

Ya no veo la realidad sino a través de este filtro, de esta proyección mental llamada "X debería/no debería ser..."

O sea, ya no veo la realidad; veo la proyección, lo que ésta me deja ver.

Y reacciono emocionalmente a esa visión mental sobre la realidad como si ella fuera la realidad misma en la cual estoy inmerso.

Así me siento peleado interiormente con como me siento, con como "la vida" me hace sentirme.
Y por consiguiente, estoy también peleado con la vida.

Me siento "separado" de la vida tal cual esta es.

Con la creencia en la "necesidad de que X sea distinto de como es para sentirme bien conmigo mismo y en comunión con la vida", nacen el sentimiento de malestar, de separación, de carencia, de conflicto, de confusión, y el impulso por "hacer algo" al respecto de como las cosas son.

Es el comienzo de la lucha con como la vida es. El comienzo de la búsqueda.

Es el nacimiento de la "necesidad psicológica", que es en realidad mental, con su consiguiente movilización en uno de lo emocional.


Y emerge así el miedo-deseo.


El deseo, que es en realidad, miedo.
Es huir del objeto de dolor corriendo en el sentido contrario, o sea, trás un objeto de placer que mi mente me dice que es lo contrario de lo otro, y que me "asegurará" no sentir más dolor.

El temor de que lo que no quiero que sea, sea, y por contrapartida, el deseo en el sentido contrario.

El deseo de que sea "como yo quiero que sea" y siempre a su sombra y en su cimiento, el miedo de que no llegue a ser como yo quiero que sea...


Todo ello fraguado por la "lógica comparativa" aplicada a lo interno, que me asegura que lo-que-es podría ser distinto de lo que es; es más, podría ser "mejor" que como es.

Como si internamente hubiera "opciones" para sentirse de un modo o de otro frente a lo que es.

Puedo crear en mi un sentimiento artificial frente a algo o alguien, pero JAMÁS puedo crear o elegir como SENTIR verdadera, espontánea y naturalmente frente a algo o alguien.
Siento como siento, y si uno mira a lo interno, lo único que encuentra es el darse cuenta con total claridad de como se siente, como sea que se sienta.


No hay opciones de ningún tipo allí adentro, y por tanto ninguna "desición" que tomar en lo interno.

"¿Qué haré? ¿Sentiré como siento? ¿O no sentiré como si siento, como si estoy sintiendo?".

En fin, sin palabras.



Por si esto fuera poco, cualquier reacción que uno tenga frente a un hecho, sucede siempre DESPUÉS del hecho; o sea una vez que el hecho YA SE CONSUMÓ, ya fué.

Toda nuestra batalla estriba en el supuesto de que puedo hacer algo mañana para que lo que sucedió ayer no haya sucedido ayer como si ya-sucedió.



¿Puede algo en ESTE momento, ser distinto de como es en ESTE momento?

¿Puede algo -lo que sea- en algún momento, ser, en ESE momento, distinto de como ES en ESE momento?

¿Puedo hacer algo para que lo que YA FUÉ DE UN MODO, no haya YA SIDO DE ESE MODO EN QUE FUÉ?


Es la batalla más estúpida, y siempre perdida de antemano, SIEMPRE.

Aún así, el deseo acicateado por el miedo, crea en uno el ánimo de imposición, de seducción, de convencimiento, de control, de sugestión, de auto-sugestión, de persuación, etc.

El miedo acicateado por el deseo se transforma en violencia.

En ambición que todo lo justifica.

La ambición acicateada por la necesidad se convierte en envidia.

La envidia acicateada por la frustración y el terror se convierte en odio.



Y todo esta cadena de confusión, miseria y sufrimiento, surge de una simple creencia en la cual la mente se enquista.

Creencia que me hace "salirme" de mi verdadero sentir, "salirme" de mi; y me hace "sentirme" separado de la vida.





Sin esa creencia, lo que queda, es la energía divina de la vida, unitaria, gozosa, vital, serena, distendida, danzarina, interesada, apasionada, agradecida, siendo tú, yo, el árbol y la roca, el pájaro y la nube...


Creer o indagar, éstas son las únicas "opciones".


CREER O INDAGAR, he ahí la cuestión.


Sentirse bien, o "tener razón", usted elige.





Richard Mesones.

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