jueves, 13 de mayo de 2010

Sólo SIENDO...

Estríctamente hablando, el "ser-siempre-siendo" es una redundancia, pues lo único que hay es este "siendo".

Siempre Es.
Y siempre es SIENDO!

Siempre SIENDO.

El gerundio en presente es la única conjugación real posible del verbo ser.

El "ser", si no es siendo, ¡no es!; no existe.

Es tan sólo una abstracción filosófica, una abstracción del pensamiento que degenera en la llamada ontología, la cual pretende "estudiar al ser" como si de un objeto experimentable se tratara.

Ser, siendo, no es experimentable por ningún experimentador separado, pues ¿quien hay separado de "mi ser" que pueda experimentar como se siente "ser este ser"?

Ser sólo es vivenciable.

El ser se vivencia a si mismo, no a través de ningún sentido, sino por si mismo, "a través" de si mismo.

Ser, se vivencia del único modo posible: SIENDO.

Pues somos la CONCIENCIA DE SER que es el SER mismo dándose cuenta de ser.

Somos el SER conciente de Si Mismo.

De ser el ES; de ser este SIENDO.

Siendo así ahora, y asá al momento siguiente; constantemente cambiantes en nuestra Forma-de-SER.

Siendo ahora así y al momento siguiente de otro modo, éso es existir.

Siendo solamente; sin así ni asá, eso es lo que hay antes y después.

Antes del así llamado nacer, que es en realidad el nacimiento no de lo que soy, sino del "ser así"; con un cuerpo, unas determinadas condiciones, etc.

Es el emerger del "así" en mi, en el SIENDO atemporal.

¿Qué es lo que queda cuando el Siendo así o asá se termina?

El mismo atemporal inmodificable que había antes de que el así o asá emergiera y vistiera al siendo.

Lo mismo que había durante el Siendo así, sólo que en la conciencia de "ser así", ese SIENDO que somos no se vivencia habitualmente en su plenitud, por nuestra errónea identificación con algún aspecto exclusivo del así; identificación esta que obra como resistencia para que fluya en nuestra conciencia de ser el inherente sentido de plenitud, de totalidad.

Lo que queda "después", es sola y simplemente el SIENDO, nada más.

Claro que esto hay que vivenciarlo; sino son sólo lindas palabras que no significan absolutamente nada.

Dejar de resistir a la Vida es todo lo que es necesario para darse cuenta de ser la Vida SIENDO.

Dejar de resistir; porque resistir es resistir-se, resistir-ser; que es resistir al corazón, que es EL CORAZÓN del Único, de la VIDA latiendo en esta forma de Ser.

CORAZÓN que es también "mi" Corazón.

Dejar de resistir, que es abrazar; abrazar todo lo que surja en mi, como una manifestación particular y única de este empecinado y apasionado latir de la VIDA en mi.

Abrazarlo todo sin condidiones; abrazo que todo lo transmuta en mi mismo; en Unidad.

Abrazar mi propio mundo, lo que soy, como sea que uno sea, pues si no abrazo mi mundo, no podré jamás abrazar no solo "al mundo", sino a ningún mundo, llámese tú, él, ella, o lo que fuere, de manera verdadera.



Dejar de resistirse; eso es todo lo que es necesario.




"Yo no me separo de mi corazón para resistir".







Richard Mesones.

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