Querer entender-saber-anticipar el fluir, que es la manifestación del misterio de la vida, es lo que nos “separa” de él, es la resistencia con la cual dejamos de ser-en-comunión con-en el misterio.
Así es como nos “convertimos” a nuestros propios ojos en un supuesto “yo” en “el mundo”, aparentemente separado del fluir del todo, contraído, con ese inherente sentido de carencia, de in-completitud, de inseguridad, y de constante necesidad.
Tratamos de entender el misterio de la vida en vez de vivirlo.
Este “separarnos”, esta resistencia a ser-en-comunión-sin-definirnos es la raíz misma del conflicto, la lucha , la confusión y el sufrimiento.
Querer entender el misterio de la vida nos deja enredados en lo entendible-descriptible, a saber: sus cambiantes apariencias, sus temporales y efímeras manifestaciones.
¡¿Quién dijo que la vida era para ser entendida?!
Sólo lo aparente, la manifestación efímera de lo inmanifiesto, es descriptible.
Sólo lo que uno no es puede ser entendido-conocido-descrito.
Lo que no es un objeto, no puede ser descrito-conocido objetivamente.
Aquello que la conciencia resiste, queda presa de ello;
aquello con lo que la conciencia entra en comunión, va más allá de ello.
Somos el misterio de la vida tomando conciencia de si mismo.
Sin tratar de entender dicho misterio no hay mas separación; comenzamos a sentirnos uno con y en él.
Comenzamos a vivir-ser en comunión, en unidad, con la esencia misma de la vida.
Siendo sin “conocer” eso que somos..., siendo en lo indescriptible y formando “parte” de ello...
Richard Mesones.
lunes, 28 de septiembre de 2009
lunes, 21 de septiembre de 2009
Sólo la libertad serena la mente.
-
Ser libre es simplemente ser.
Ser uno mismo.
Sin condiciones.
Y usted ya es usted mismo/a.
Usted YA es libre.
No poder sentirse libre es el resultado de creer-asumir como verdadero el falso postulado de que uno primero necesita de tal o cual condición para entonces recién poder ser libre, ser uno mismo.
Ser uno mismo, libertad, integridad, bienestar, comunión, etc, son todos sinónimos.
¿Qué es entonces el malestar, la tensión, el sufrimiento?
Simplemente una alarma que nos avisa que hemos asumido como cierta una historia mental que dice algo que no es cierto, a saber: que necesitamos primero de tal o cual condición para después poder entoces sentirnos bien con nosotros mismos y con la vida.
La tensión, el sufrimiento, el malestar y el aburrimiento son alarmas de la inteligencia.
Se activan para llamar nuestra atención sobre nuestro propio interior, sobre nosotros mismos, para que indaguemos en nuestra mente.
La esencia de la mente es la libertad.
Por eso las condiciones le generan tensión, malestar, sufrimiento.
La mente anhela la libertad, la necesita.
Pues la mente es un instrumento del ser, y en una mente que no es libre, que está apegada a una historia mental condicionante, en una mente así el Ser no puede florecer y liberar su perfume.
A menudo se la compara con un caballo desbocado, y se sugieren un sin fin de técnicas y métodos para domeñarla.
Y esto es una real estupidez.
La mente se desboca por-que le imponemos condiciones.
Y sólo la libertad pacifica los caballos desbocados.
Una mente libre es una mente serena, silenciosa, en la cual los pensamientos atraviesan su espacio como las nubes atraviesan el cielo; sin mancharlo.
Y en ese cielo, la particularidad del Ser ilumina como un sol indisimulable.
Si usted ata su mente con condiciones-para-ser la mente le ata a usted.
Si la mente es liberada, esta le libera.
No que usted se vuelva libre porque no lo fuera antes, sino que en una mente así el ser-si-mismo puede florecer sin interferencias ni distorsión, sin condición alguna.
Sin condicionantes internas de ningún tipo, sin una historia mental a la cual tener que apegarse, sin etiquetas, sin definiciones, sin comparación.
La libertad es la esencia de la mente, y lo desconocido, lo sin-condición, es el campo donde habita la libertad, la tierra prometida donde el Ser puede florecer, siendo!
Allí donde no hay una cualidad-estado-condición específica como referecia para ser, allí sólo la verdad es, de momento en momento.
Y sólo la verdad le puede liberar de lo que no es verdad para-en usted.
La verdad de su propio sentir sin la distorsión del pensamiento, de la historia mental no cuestionada, no indagada.
Esta es la finalidad de la Liberación Interior a través de la Autoindagación; no le "otorga" una libertad de la cual supuestamente carece.
Le libera de la ilusión de creer que aún no es libre y que supuestamente necesita de tal o cual cosa para llegar a serlo.
"Ayudarle" a usted a liberar su propia mente de toda condición, para que así pueda en ella reflejarse sin distorsión la pura verdad de su corazón, su sentir más suyo, su fragancia única, y poder vivir-ser-siendo libres, que es la única forma en que vale la pena vivir.
Tener razón o ser libre, ¿qué desea usted?
Richard Mesones.
Ser libre es simplemente ser.
Ser uno mismo.
Sin condiciones.
Y usted ya es usted mismo/a.
Usted YA es libre.
No poder sentirse libre es el resultado de creer-asumir como verdadero el falso postulado de que uno primero necesita de tal o cual condición para entonces recién poder ser libre, ser uno mismo.
Ser uno mismo, libertad, integridad, bienestar, comunión, etc, son todos sinónimos.
¿Qué es entonces el malestar, la tensión, el sufrimiento?
Simplemente una alarma que nos avisa que hemos asumido como cierta una historia mental que dice algo que no es cierto, a saber: que necesitamos primero de tal o cual condición para después poder entoces sentirnos bien con nosotros mismos y con la vida.
La tensión, el sufrimiento, el malestar y el aburrimiento son alarmas de la inteligencia.
Se activan para llamar nuestra atención sobre nuestro propio interior, sobre nosotros mismos, para que indaguemos en nuestra mente.
La esencia de la mente es la libertad.
Por eso las condiciones le generan tensión, malestar, sufrimiento.
La mente anhela la libertad, la necesita.
Pues la mente es un instrumento del ser, y en una mente que no es libre, que está apegada a una historia mental condicionante, en una mente así el Ser no puede florecer y liberar su perfume.
A menudo se la compara con un caballo desbocado, y se sugieren un sin fin de técnicas y métodos para domeñarla.
Y esto es una real estupidez.
La mente se desboca por-que le imponemos condiciones.
Y sólo la libertad pacifica los caballos desbocados.
Una mente libre es una mente serena, silenciosa, en la cual los pensamientos atraviesan su espacio como las nubes atraviesan el cielo; sin mancharlo.
Y en ese cielo, la particularidad del Ser ilumina como un sol indisimulable.
Si usted ata su mente con condiciones-para-ser la mente le ata a usted.
Si la mente es liberada, esta le libera.
No que usted se vuelva libre porque no lo fuera antes, sino que en una mente así el ser-si-mismo puede florecer sin interferencias ni distorsión, sin condición alguna.
Sin condicionantes internas de ningún tipo, sin una historia mental a la cual tener que apegarse, sin etiquetas, sin definiciones, sin comparación.
La libertad es la esencia de la mente, y lo desconocido, lo sin-condición, es el campo donde habita la libertad, la tierra prometida donde el Ser puede florecer, siendo!
Allí donde no hay una cualidad-estado-condición específica como referecia para ser, allí sólo la verdad es, de momento en momento.
Y sólo la verdad le puede liberar de lo que no es verdad para-en usted.
La verdad de su propio sentir sin la distorsión del pensamiento, de la historia mental no cuestionada, no indagada.
Esta es la finalidad de la Liberación Interior a través de la Autoindagación; no le "otorga" una libertad de la cual supuestamente carece.
Le libera de la ilusión de creer que aún no es libre y que supuestamente necesita de tal o cual cosa para llegar a serlo.
"Ayudarle" a usted a liberar su propia mente de toda condición, para que así pueda en ella reflejarse sin distorsión la pura verdad de su corazón, su sentir más suyo, su fragancia única, y poder vivir-ser-siendo libres, que es la única forma en que vale la pena vivir.
Tener razón o ser libre, ¿qué desea usted?
Richard Mesones.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Interior y exterior.
.
No hay dos vidas; no hay tal cosa como la vida "exterior" y la vida "interior".
Hay tan sólo la vida, indefinible, en su constante movimiento vertiginósamente armónico de flujo y reflujo, de reto y respuesta, desplegándose.
"Exterior" e "interior" son sólamente una convención trazada por el pensamiento humano, pero que muy a menudo olvidamos que existe tan sólo en el pensamiento humano.
No en la vida!
La vida es un movimiento unitario.
El reto y la respuesta no pueden separarse, como el flujo y el reflujo de una misma corriente.
El evento "exterior" y el estado "interior" son las dos caras de la misma moneda, la moneda de la existencia.
A través del estado interno miro la existencia, y ello determina mi "vivir", creando-atrayendo para mi las circustancias que lo reflejan.
A través de las circunstancias externas me reflejo, y ello despierta mi reflexión; o al menos, así sería deseable; y esto modifica mi estado interior, o al menos, así sería deseable.
Según sea mi estado interior es como me voy a sentir "conmigo mismo" y por tanto también con-y-en el mundo; es el color del cristal con el que estoy mirando, y serán los eventos que concordantemente voy a estar vivenciando.
Todos inequívocamente teñidos con el color de ese estado, todos de su misma cualidad.
Y si además me identifico mentalmente con unas determinadas y concretas circunstancias externas, entonces éstas (las circunstancias externas que están siempre cambiando, mutando) van a determinar mi mal-estar interior inevitable.
Como reza un viejo proverbio chino: "no hay forma más segura de sufrir que el aferrarse a lo que va a cambiar".
Si estoy en paz con el flujo permanentemente cambiante de la vida, de lo que es tal como es en cada momento, entonces estoy en paz en mi interior.
Si estoy en paz con el flujo permanentemente cambiante de la vida en mi interior, entonces estoy en paz con el mundo.
Y no es el mundo el que necesita paz; es el ser humano, soy yo.
¿Significa esto resignarse?
No.
Significa sentirse-ser-estar-viviendo-siendo en paz, y desde esa paz, vivir.
Vivir que es responder al reto constante de lo desconocido, del misterio, de la vida.
Vivir que es también: cambiar lo que necesite ser cambiado, no cambiar lo que no necesita ser cambiado, y saber ver la diferencia.
Y todo ello en paz.
Entonces en esa paz, no hay más la división de lo exterior y lo interior, pues no hay más la identificación con ningún evento exterior ni estado interior, que es lo que crea la resistencia al fluir de la vida; hay sólo el movimiento unitario de la vida, el flujo y reflujo de la vida, a través de esta puerta abierta, de esta vacuidad, de esta silenciosa espaciosidad que yo soy, de esta conciencia vacía.
Hay, la apasionada danza inimitable de la propia finitud, entre las dos orillas del océano infinito de lo innominable.
Richard Mesones.
No hay dos vidas; no hay tal cosa como la vida "exterior" y la vida "interior".
Hay tan sólo la vida, indefinible, en su constante movimiento vertiginósamente armónico de flujo y reflujo, de reto y respuesta, desplegándose.
"Exterior" e "interior" son sólamente una convención trazada por el pensamiento humano, pero que muy a menudo olvidamos que existe tan sólo en el pensamiento humano.
No en la vida!
La vida es un movimiento unitario.
El reto y la respuesta no pueden separarse, como el flujo y el reflujo de una misma corriente.
El evento "exterior" y el estado "interior" son las dos caras de la misma moneda, la moneda de la existencia.
A través del estado interno miro la existencia, y ello determina mi "vivir", creando-atrayendo para mi las circustancias que lo reflejan.
A través de las circunstancias externas me reflejo, y ello despierta mi reflexión; o al menos, así sería deseable; y esto modifica mi estado interior, o al menos, así sería deseable.
Según sea mi estado interior es como me voy a sentir "conmigo mismo" y por tanto también con-y-en el mundo; es el color del cristal con el que estoy mirando, y serán los eventos que concordantemente voy a estar vivenciando.
Todos inequívocamente teñidos con el color de ese estado, todos de su misma cualidad.
Y si además me identifico mentalmente con unas determinadas y concretas circunstancias externas, entonces éstas (las circunstancias externas que están siempre cambiando, mutando) van a determinar mi mal-estar interior inevitable.
Como reza un viejo proverbio chino: "no hay forma más segura de sufrir que el aferrarse a lo que va a cambiar".
Si estoy en paz con el flujo permanentemente cambiante de la vida, de lo que es tal como es en cada momento, entonces estoy en paz en mi interior.
Si estoy en paz con el flujo permanentemente cambiante de la vida en mi interior, entonces estoy en paz con el mundo.
Y no es el mundo el que necesita paz; es el ser humano, soy yo.
¿Significa esto resignarse?
No.
Significa sentirse-ser-estar-viviendo-siendo en paz, y desde esa paz, vivir.
Vivir que es responder al reto constante de lo desconocido, del misterio, de la vida.
Vivir que es también: cambiar lo que necesite ser cambiado, no cambiar lo que no necesita ser cambiado, y saber ver la diferencia.
Y todo ello en paz.
Entonces en esa paz, no hay más la división de lo exterior y lo interior, pues no hay más la identificación con ningún evento exterior ni estado interior, que es lo que crea la resistencia al fluir de la vida; hay sólo el movimiento unitario de la vida, el flujo y reflujo de la vida, a través de esta puerta abierta, de esta vacuidad, de esta silenciosa espaciosidad que yo soy, de esta conciencia vacía.
Hay, la apasionada danza inimitable de la propia finitud, entre las dos orillas del océano infinito de lo innominable.
Richard Mesones.
domingo, 13 de septiembre de 2009
"Mi vida" soy yo siendo !
-
Cuando no hay oposición no hay tampoco opuestos.
Cuando no hay oposición en la propia vida, tampoco uno se siente como un "yo" diferente de su vida, "vida" que es uno viviendo, uno siendo.
Uno simplemente es, en comunión, en comunidad (común-unidad) con-y-en toda vida, con-y-en la vida.
Pero cuando nos agarramos al pensamiento, a la idea de que algo en mi vida, en mi vivir, debería ser distinto de como es, se produce entonces la aparente separación.
Pareciera que "mi vida" y "yo-viviendo-así-aquí", yo siendo, no somos lo mismo, lo cual, en realidad, si somos.
Es así como me asumo como un "yo" separado, aislado de la totalidad de la vida que fluye manifestándose como mi vivir, mi vida.
La vida, que es yo siendo.
El cerebro asume que "eso", "la vida así" y "yo" no somos lo mismo.
Que "eso" no soy "yo"; es más, que "eso" es "no-yo".
Esa creencia me divide contra mi mismo.
Crea una división en mi propia vida, en mi propio vivir, en mi mismo ser, en mi ser-siendo.
Y así comienza la lucha, el conflicto en uno, el combate por "librarme" del sentimiento que "eso" ("no-yo") me genera a mi ("yo"), sin advertir que "ese sentimiento" soy yo sintiéndome así!
Como si "eso" de lo cual trato de "librarme" no fuera yo mismo sintiéndome así, por pensar así!
Lucho contra las circunstancias como medio para "librarme" del sentimiento que me sucede "a mi", a "yo".
Pero, ¿es ese sentimiento del cual trato de "librarme", realmente algo distinto de mi?
Y sin tratar de librarme de ese sentimiento, ¿qué sucede? ¿cómo me siento?
Y sin la idea de que no debería sentirme así, ¿qué sucede? ¿cómo me siento?
¿Persiste un estado emocional, un estado de sentimiento en mi, cuando ya no lo resisto; cuando ya no resisto más al fluir de la vida en mi interior, al fluir emocional?
O lo que es lo mismo, ¿ y sin la idea de que algo en mi vida, en mi vivir, "debería" ser distinto de como es?
¿Entonces qué?
¿Se genera algún tipo de resistencia emocional a lo que es tal como es; algún tipo de malestar interior?
Sin resistencia interior a lo que es tal como es (el fluír de la vida manifestándose externamente), o sin resistencia interior al sentimiento (el fluír de la vida manifestándose internamente en forma de fluír emocional),
¿hay tensión?
¿hay malestar?
¿hay sufrimiento?
Sin resistencia al fluir de la vida que soy yo siendo, sin resistencia a las percepciones externas o internas de mi propia vida, de mi mismo viviendo,
¿hay tensión, malestar, sufrimiento, aburrimiento?
Sin resistencia a lo que es (interna o externamente, pues ambas son las dos caras de la misma y única moneda, la existencia, de la cual lo "externo" y lo "interno" son reflejos uno del otro que no existen sin su complemento, como no puede ser una moneda con una sola cara), sin esa oposición mental a lo que es, dejo de estar dividido contra mi mismo, conta la vida que soy yo viviendo, yo siendo.
Y junto con el cese de dicha división mental, cesan también el conflicto interior y la lucha exterior, la tensión, el malestar y el sufrimiento.
Sin oposición, cesan los aparentes "opuestos", nombrados "yo" y "no-yo" (eso, la vida así como es, ese sentimiento, etc).
Sin más división entre "yo" y "mis percepciones", entre "yo" y "mis sentimientos", sin dicha división autocreada en mi a partir de aferrarme a un juicio mental negativo sobre el fluír de lo que es, entonces ya no hay partes, hay un único todo, un único fluír del cual lo interno y lo externo son dos manifestaciones, como el flujo y reflujo de la marea; fluír del cual ya no puedo separarme "recortándome" con los pensamientos "yo" y "no-yo".
Sin más división de yo-contra-mi-mismo-que-soy-la-vida-siendo, entonces no hay más "no-yo".
Lo que sea que se sienta, "esto también soy yo".
Y en esa conciencia omni-incluyente se diluyen tanto "no-yo" como "yo-la-entidad-separada-del-fluír-de-la-vida".
Hay, entonces, comunión, comunidad, con y en la vida que soy también, yo siendo.
Sin la idea de que mi vida debería ser distinta de como es, dejo de estar dividido contra mi mismo, contra "mi vida" que soy yo-siendo, yo viviendo esta mi vida que es así.
Y el sentir que sea que surja en el fluír emocional en mi, deja entonces de ser "algo" separado o distinto de mi de lo cual tengo que "librarme".
Hay tan sólo comunión, comunidad, con y en todo lo que ES.
Richard Mesones.
Cuando no hay oposición no hay tampoco opuestos.
Cuando no hay oposición en la propia vida, tampoco uno se siente como un "yo" diferente de su vida, "vida" que es uno viviendo, uno siendo.
Uno simplemente es, en comunión, en comunidad (común-unidad) con-y-en toda vida, con-y-en la vida.
Pero cuando nos agarramos al pensamiento, a la idea de que algo en mi vida, en mi vivir, debería ser distinto de como es, se produce entonces la aparente separación.
Pareciera que "mi vida" y "yo-viviendo-así-aquí", yo siendo, no somos lo mismo, lo cual, en realidad, si somos.
Es así como me asumo como un "yo" separado, aislado de la totalidad de la vida que fluye manifestándose como mi vivir, mi vida.
La vida, que es yo siendo.
El cerebro asume que "eso", "la vida así" y "yo" no somos lo mismo.
Que "eso" no soy "yo"; es más, que "eso" es "no-yo".
Esa creencia me divide contra mi mismo.
Crea una división en mi propia vida, en mi propio vivir, en mi mismo ser, en mi ser-siendo.
Y así comienza la lucha, el conflicto en uno, el combate por "librarme" del sentimiento que "eso" ("no-yo") me genera a mi ("yo"), sin advertir que "ese sentimiento" soy yo sintiéndome así!
Como si "eso" de lo cual trato de "librarme" no fuera yo mismo sintiéndome así, por pensar así!
Lucho contra las circunstancias como medio para "librarme" del sentimiento que me sucede "a mi", a "yo".
Pero, ¿es ese sentimiento del cual trato de "librarme", realmente algo distinto de mi?
Y sin tratar de librarme de ese sentimiento, ¿qué sucede? ¿cómo me siento?
Y sin la idea de que no debería sentirme así, ¿qué sucede? ¿cómo me siento?
¿Persiste un estado emocional, un estado de sentimiento en mi, cuando ya no lo resisto; cuando ya no resisto más al fluir de la vida en mi interior, al fluir emocional?
O lo que es lo mismo, ¿ y sin la idea de que algo en mi vida, en mi vivir, "debería" ser distinto de como es?
¿Entonces qué?
¿Se genera algún tipo de resistencia emocional a lo que es tal como es; algún tipo de malestar interior?
Sin resistencia interior a lo que es tal como es (el fluír de la vida manifestándose externamente), o sin resistencia interior al sentimiento (el fluír de la vida manifestándose internamente en forma de fluír emocional),
¿hay tensión?
¿hay malestar?
¿hay sufrimiento?
Sin resistencia al fluir de la vida que soy yo siendo, sin resistencia a las percepciones externas o internas de mi propia vida, de mi mismo viviendo,
¿hay tensión, malestar, sufrimiento, aburrimiento?
Sin resistencia a lo que es (interna o externamente, pues ambas son las dos caras de la misma y única moneda, la existencia, de la cual lo "externo" y lo "interno" son reflejos uno del otro que no existen sin su complemento, como no puede ser una moneda con una sola cara), sin esa oposición mental a lo que es, dejo de estar dividido contra mi mismo, conta la vida que soy yo viviendo, yo siendo.
Y junto con el cese de dicha división mental, cesan también el conflicto interior y la lucha exterior, la tensión, el malestar y el sufrimiento.
Sin oposición, cesan los aparentes "opuestos", nombrados "yo" y "no-yo" (eso, la vida así como es, ese sentimiento, etc).
Sin más división entre "yo" y "mis percepciones", entre "yo" y "mis sentimientos", sin dicha división autocreada en mi a partir de aferrarme a un juicio mental negativo sobre el fluír de lo que es, entonces ya no hay partes, hay un único todo, un único fluír del cual lo interno y lo externo son dos manifestaciones, como el flujo y reflujo de la marea; fluír del cual ya no puedo separarme "recortándome" con los pensamientos "yo" y "no-yo".
Sin más división de yo-contra-mi-mismo-que-soy-la-vida-siendo, entonces no hay más "no-yo".
Lo que sea que se sienta, "esto también soy yo".
Y en esa conciencia omni-incluyente se diluyen tanto "no-yo" como "yo-la-entidad-separada-del-fluír-de-la-vida".
Hay, entonces, comunión, comunidad, con y en la vida que soy también, yo siendo.
Sin la idea de que mi vida debería ser distinta de como es, dejo de estar dividido contra mi mismo, contra "mi vida" que soy yo-siendo, yo viviendo esta mi vida que es así.
Y el sentir que sea que surja en el fluír emocional en mi, deja entonces de ser "algo" separado o distinto de mi de lo cual tengo que "librarme".
Hay tan sólo comunión, comunidad, con y en todo lo que ES.
Richard Mesones.
lunes, 7 de septiembre de 2009
L.I.A. - Liberación Interior a través de la Autoindagación -
-
¿QUÉ ES AUTOINDAGACIÓN?
Preguntarse (cuestionarse).
No responderse.
Indagar (sentir, atenderse sin nombrar).
Dejar que el Sentir sin distorsión (sin la inducción sugestiva del pensamiento) traiga la respuesta.
Así de simple.
Esa respuesta es la "voz" de lo que es verdad en uno, de la verdad en uno y para uno; de lo que es real.
La vida manifestándose, haciéndose sentir en uno sin la "guía" del pensamiento es el movimiento de la verdad en uno.
"Vivenciarás la verdad, y la verdad te liberará de toda la falsedad auto-asumida y auto-impuesta".
Libre de toda presión interior, de toda c o n d i c i ó n , hay claridad.
Libre de toda confusión, se está libre de conflicto.
Libre de conflicto se está en Comunión con la Vida, se está libre de sufrimiento.
La vida es entonces el fluir natural de la gracia.
Libre de sensación de carencia, de temor, del pasado y del tener que llegar a ser-lograr-tener, de la agitación, la culpa, la angustia, la ansiedad, la inseguridad, la necesidad de aprobación, la desconfianza, la vergûenza, el odio, los celos o cualquier otra forma de negatividad y resistencia interior.
Libre de tensión, de malestar, de sufrimiento.
¿QUÉ SON LAS HERRAMIENTAS DE LIBERACIÓN?
Formas de cuestionarse que hacen evidente a los ojos del indagador realmente interesado en la verdad, la autenticidad o no-autenticidad del pensamiento-sentimiento cuestionado.
No son recetas de como ser o hacer; es usted descubriendo para y por usted lo que es verdad para-y-en usted mismo.
Así, su mente se ve libre del engaño de asumir e imponerse como propio un sentimiento, pensamiento o idea que no es la verdad de como uno siente.
Y ése es el fin del conflicto; el fin de una vida de conflictos.
Y el comienzo de una vida que es integridad, completitud, y gozo de vivir..., de descubrir..., de ser...
¿Y LUEGO QUÉ?
Luego, la vida, libre de condicionamientos autoimpuestos, fluyendo, manifestándose de manera única, siendo "usted", sin falsas limitaciones auto-asumidas como verdaderas.
La Vida Una que todos somos, manifestándose única en cada quien, siendo única en usted.
Unica, sin comparación, como nadie nunca antes fue ni podrá ser, sólo usted.
Este es el verdadero FLORECER.
Esto es la LIBERACIÓN INTERIOR a través de la AUTOINDAGACIÓN .
La puerta abierta a la verdadera libertad.
Richard Mesones.
¿QUÉ ES AUTOINDAGACIÓN?
Preguntarse (cuestionarse).
No responderse.
Indagar (sentir, atenderse sin nombrar).
Dejar que el Sentir sin distorsión (sin la inducción sugestiva del pensamiento) traiga la respuesta.
Así de simple.
Esa respuesta es la "voz" de lo que es verdad en uno, de la verdad en uno y para uno; de lo que es real.
La vida manifestándose, haciéndose sentir en uno sin la "guía" del pensamiento es el movimiento de la verdad en uno.
"Vivenciarás la verdad, y la verdad te liberará de toda la falsedad auto-asumida y auto-impuesta".
Libre de toda presión interior, de toda c o n d i c i ó n , hay claridad.
Libre de toda confusión, se está libre de conflicto.
Libre de conflicto se está en Comunión con la Vida, se está libre de sufrimiento.
La vida es entonces el fluir natural de la gracia.
Libre de sensación de carencia, de temor, del pasado y del tener que llegar a ser-lograr-tener, de la agitación, la culpa, la angustia, la ansiedad, la inseguridad, la necesidad de aprobación, la desconfianza, la vergûenza, el odio, los celos o cualquier otra forma de negatividad y resistencia interior.
Libre de tensión, de malestar, de sufrimiento.
¿QUÉ SON LAS HERRAMIENTAS DE LIBERACIÓN?
Formas de cuestionarse que hacen evidente a los ojos del indagador realmente interesado en la verdad, la autenticidad o no-autenticidad del pensamiento-sentimiento cuestionado.
No son recetas de como ser o hacer; es usted descubriendo para y por usted lo que es verdad para-y-en usted mismo.
Así, su mente se ve libre del engaño de asumir e imponerse como propio un sentimiento, pensamiento o idea que no es la verdad de como uno siente.
Y ése es el fin del conflicto; el fin de una vida de conflictos.
Y el comienzo de una vida que es integridad, completitud, y gozo de vivir..., de descubrir..., de ser...
¿Y LUEGO QUÉ?
Luego, la vida, libre de condicionamientos autoimpuestos, fluyendo, manifestándose de manera única, siendo "usted", sin falsas limitaciones auto-asumidas como verdaderas.
La Vida Una que todos somos, manifestándose única en cada quien, siendo única en usted.
Unica, sin comparación, como nadie nunca antes fue ni podrá ser, sólo usted.
Este es el verdadero FLORECER.
Esto es la LIBERACIÓN INTERIOR a través de la AUTOINDAGACIÓN .
La puerta abierta a la verdadera libertad.
Richard Mesones.
jueves, 3 de septiembre de 2009
Esto es esto y "nada" más...
-
Preguntarse por el propósito o meta de la vida no es algo propio de un verdadero ser-vivo.
Es, de hecho, una pregunta de alguien "muerto", "aislado" en su crisálida mental, del fluir incondicionado de la vida.
De alguien que no se da cuenta de ser-él-mismo-la-vida.
No es la pregunta de alguien vivo.
Y usted es-la-vida, la vida manifestándose, siendo usted!
La vida no tiene propósito.
La meta de la vida es vivir.
Ella es su propio "propósito", su misma "meta".
La vida "ha querido" ser usted.
Y "estar acá" como usted está.
Y vivir, tal cual es "su" vivir.
El "propósito" de la vida al "ser usted" ha sido y es, exáctamente, ser usted tal cual usted es.
Sin ningún otro propósito extra ni nada más que "hacer", "obtener", o "llegar a ser".
De esto es de lo que la vida se trata; y este es su único "significado".
Libertad, es ser; ser la vida siendo, ser la vida viviendo-se sin otra dirección que la que surge espontáneamente en inimitable expresión a cada paso.
Y ud. ya es libre.
Pues ser libre es ser-uno-mismo.
Sin más propósito o motivo que ser-uno-mismo.
Sin ninguna condición interior-motivo-meta-propósito para SER.
Y usted "ya" es usted mismo, siempre lo ha sido, y a ello está condenado.
De hecho, nadie es tan usted mismo como usted!
(ni nadie es tampoco menos sí-mismo que nadie, por supuesto!)
¿Qué necesita entonces usted para ser libre?
Sólo darse cuenta de que no necesita de nada para ser libre, pues ya lo es!
Ud. es el florecer de la vida misma que usted también es; usted es, a cada paso, el "propósito" de la vida, caminando en forma humana, siendo, en una forma humana única e irrepetible, por este hermoso valle de la tierra, por un rato...
No un "propósito" a realizar..., sino el "propósito" de la vida ya-realizado-realizándose-en-vida, en "usted", siendo usted siendo usted! (viviéndose!)
Pues el único "propósito" de la vida en "usted" es SER-Usted!
La vida, que es este ser-siendo, este vivir, es su propio propósito, su misma meta, manifestándose-viviéndose-saboreándose única en cada quien de instante en instante.
La vida ha querido ser usted.
Ha "decidido venir aquí a vivir como usted con la sóla meta de vivir aquí como usted por el rato que vivir como usted pueda durar".
Déjese de tratar de ser, y SEA!!!, dándose cuenta de ser, de que (ya) ES.
Y disfrútese!!!
Pues este "viaje" no tiene ningún otro propósito, ninguna otra meta.
La meta de la vida es vivir...
Así que, como sea que sea, y por lo que sea y por cuanto sea, esto es esto, y nada más..., y nada menos..., sin nada más y sin nada menos, líbremente...
Buen viaje!...
Richard Mesones.
Preguntarse por el propósito o meta de la vida no es algo propio de un verdadero ser-vivo.
Es, de hecho, una pregunta de alguien "muerto", "aislado" en su crisálida mental, del fluir incondicionado de la vida.
De alguien que no se da cuenta de ser-él-mismo-la-vida.
No es la pregunta de alguien vivo.
Y usted es-la-vida, la vida manifestándose, siendo usted!
La vida no tiene propósito.
La meta de la vida es vivir.
Ella es su propio "propósito", su misma "meta".
La vida "ha querido" ser usted.
Y "estar acá" como usted está.
Y vivir, tal cual es "su" vivir.
El "propósito" de la vida al "ser usted" ha sido y es, exáctamente, ser usted tal cual usted es.
Sin ningún otro propósito extra ni nada más que "hacer", "obtener", o "llegar a ser".
De esto es de lo que la vida se trata; y este es su único "significado".
Libertad, es ser; ser la vida siendo, ser la vida viviendo-se sin otra dirección que la que surge espontáneamente en inimitable expresión a cada paso.
Y ud. ya es libre.
Pues ser libre es ser-uno-mismo.
Sin más propósito o motivo que ser-uno-mismo.
Sin ninguna condición interior-motivo-meta-propósito para SER.
Y usted "ya" es usted mismo, siempre lo ha sido, y a ello está condenado.
De hecho, nadie es tan usted mismo como usted!
(ni nadie es tampoco menos sí-mismo que nadie, por supuesto!)
¿Qué necesita entonces usted para ser libre?
Sólo darse cuenta de que no necesita de nada para ser libre, pues ya lo es!
Ud. es el florecer de la vida misma que usted también es; usted es, a cada paso, el "propósito" de la vida, caminando en forma humana, siendo, en una forma humana única e irrepetible, por este hermoso valle de la tierra, por un rato...
No un "propósito" a realizar..., sino el "propósito" de la vida ya-realizado-realizándose-en-vida, en "usted", siendo usted siendo usted! (viviéndose!)
Pues el único "propósito" de la vida en "usted" es SER-Usted!
La vida, que es este ser-siendo, este vivir, es su propio propósito, su misma meta, manifestándose-viviéndose-saboreándose única en cada quien de instante en instante.
La vida ha querido ser usted.
Ha "decidido venir aquí a vivir como usted con la sóla meta de vivir aquí como usted por el rato que vivir como usted pueda durar".
Déjese de tratar de ser, y SEA!!!, dándose cuenta de ser, de que (ya) ES.
Y disfrútese!!!
Pues este "viaje" no tiene ningún otro propósito, ninguna otra meta.
La meta de la vida es vivir...
Así que, como sea que sea, y por lo que sea y por cuanto sea, esto es esto, y nada más..., y nada menos..., sin nada más y sin nada menos, líbremente...
Buen viaje!...
Richard Mesones.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)