Usted no es un "algo".
No es un objeto.
Ni material ni mental.
Usted es no-algo.
Y no es por tanto, pensable, medible, mesurable, comparable, descriptible.
No-algo, existiendo a travès de un cuerpo-mente.
Y cualquier cosa que usted piense que es, es eso mismo; o sea, por un lado es una "cosa", ya sea èsta una cosa material o una cosa imaginada, mental.
Y por otro lado y al mismo tiempo, cualquier cosa que usted piense es exàctamente eso, un pensamiento, un objeto mental, y nada màs.
Y usted, lo que se da cuenta de la presencia de los pensamientos.
Eso que se da cuenta de la presencia del cuerpo y el mundo material.
Eso mismo que se da cuenta tambièn de la ausencia de pensamientos y del cuerpo, como sucede en el sueño sin sueños, en el sueño profundo, cuando uno sabe que ha estado durmiendo, pero no habìa ni conciencia corporal ni sueños.
Usted es "eso".
Eso; idèntico a ESO.
Pero si usted cree ser "algo", entonces està perdido.
Jamàs sabrà lo que la verdadera completitud es.
Cuando usted cree ser un "algo", lo cual implica ser un algo en particular con unas caracterìsticas especìficas con las cuales usted se siente identificado, ya sean èstas tanto fìsicas-materiales como mentales, ya que todo lo que existe, existe en un mundo donde la constante es el cambio, al momento mismo de identificarse con algo, ello a comenzado a mudar, a cambiar, a dejar de ser.
O sea que para usted a comenzado la separaciòn de la realidad cambiante de la vida, del fluir, al cual debe ahora resistir, tratar de controlar, de dirigir, etc.
Ha comenzado para usted el conflicto, la lucha, el constante tratar de negociar, etc.
Ha comenzado para usted la carencia (la incompletitud), el sufrimiento, y "la bùsqueda" compensatoria, habitualmente llamada bùsqueda de èxito, de excelencia, bùsqueda de realizaciòn, bùsqueda espiritual o religiosa, etc.
Bùsqueda de placer permanente.
Y en esa bùsqueda, en la cual usted da por sentado que esa zanahoria mental tràs la que usted corre es algo real y de su misma naturaleza, y que por tanto al obtenerlo lograrà sentirse completo, pleno otra vez; en èsa busqueda de lo que usted asume que le falta, realizada por ese "algo" que usted ha asumido que usted es, en esa bùsqueda se le va toda su existencia; existencia que es la vida misma, existiendo.
La vida real, claro està.
Esa que usted no ve, que no se SIENTE ser.
Esa incondicionada que se derrama a travès de cada minuto de mundanal tiempo.
Esa que es total en si misma y por si misma, que no necesita de nada, ni nada le falta o sobra para ser.
Esa que es, ni màs ni menos, que la clara conciencia de ser, de ser no-algo manifestàndose a travès de este algo, llamado cuerpo-mente, persona en el mundo, o como le quiera usted poner.
Por eso, es que cuando usted asume ser alguna especie de "algo", el cuerpo-mente no puede menos que ponerse "a la bùsqueda", y tratar de asegurarse las condiciones que considera imprescindibles para su supervivencia, y necesarias para la recuperaciòn y sostenimiento de la sensaciòn de plenitud en usted.
Batalla perdida antes de comenzar, en un mundo donde ninguna condiciòn, sea èsta material o mental, NINGUNA, es ni serà jamàs permanente.
Por ello aùn lo que se consigue, es sòlo y siempre "por un rato", y sabièndolo, se lo "disfruta" siempre a la sombra de la inseguridad, del temor a perderlo de un momento a otro, sòlo seguros de que ello ha de terminar, ya sea màs aquì o màs allà.
Nada que exista puede ni podrà jamàs perdurar, pues existir es cambiar.
Y por èsto mismo es que lo que existe sòlo puede ser plenamente vivido y disfrutado cuando no hay ni la màs mìnima identificaciòn con ello, cuando no conlleva ningùn apego psicològico de parte nuestra.
Entonces que dure lo que dure, o que no dure; lo mismo da.
Ello no afecta ESO que soy, ese no-algo que soy.
Darse cuenta de que cualquier estado material y/o mental es impermantene y que ello no es lo que soy, quita de nuestra conciencia de ser todo el ènfasis sobre los mismos, toda fijaciòn, toda obsesiòn con cualquier estado.
Y nos deja en libertad para que nuestra atenciòn-sensibilidad-conciencia repose en si misma, y podamos desde esa conciencia vivir cabalmente lo que sea que acontezca, sin tener que seguir huyendo de èsto ni persiguiendo "aquello".
Desde ESO que somos.
Eso que no es algo, ni material ni mental.
Eso que jamàs es ni ha sido tocado por el sufrimiento.
ESO que no es del tiempo.
R.
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