Es todo lo que es necesario para que el conflicto y el sufrimiento lleguen a su fin en nuestra vida.
No mañana, no en "la pròxima vida", sino ahora.
Esto es tambièn el fin del reinado de la ilusiòn en uno, y el emerger de la lucidez y la sensibilidad vital, junto con el contento inherente a la misma.
Pues todo sufrimiento procede de algo que no acepto en algùn àmbito de mi vida, al querer imponerle que sea de un modo que no es, negàndome a ver que ES COMO ES, y PUNTO.
Ese resistirme a "lo que no me gusta" (displacer/dolor), con el consiguiente movimiento hacia "lo que me gusta" (placer), eso es lo que la esclavitud interior al pasado es; lo que el sufrimiento es.
Y el pasado ya pasò.
Lo que me gustò ya pasò.
Lo que no me gustò tambièn ya pasò.
Incluso este momento que en este momento nombro, al terminar de nombrarlo ya pasò.
Y no hay nada que pueda hacer para que lo que ya pasò no haya ya pasado.
Nada.
Por cuanto resistirme, en nombre no importa de què, es el màs completo y absoluto absurdo.
Es "separarme" del flujo de lo que es.
O sea, de la VIDA.
Y el resultado immediato, es aislamiento, conflicto y sufrimiento.
Y la ùnica soluciòn que no es un escape, una huìda, es rendirme.
¿Y què es rendirme?
Es aceptar que lo que es, es.
Tal y como es.
Y lo que no es, no es.
Me guste o no.
Y punto.
Podrà haber sido o podrà llegar a ser, pero no es.
Y en este momento sòlo lo que es, es; y es siendo en este momento tal y como en este momento es.
¿Puedo aceptar que X es Z?
SI/NO
Si: fin del sufrimiento.
No: fin de la paz.
Y por si fuera poco, ni siquiera podemos en realidad decir que lo que es, es; pues de hecho, al teminar de decirlo descubrimos que ya no es, sino que fuè.
Ya pasò.
Y me guste o no, NO HAY NADA QUE PUEDA HACER PARA QUE LO QUE YA PASÒ NO HAYA YA PASADO.
Como hacer fuerza para atajar en el aire un viejo jarròn que ya se hizo añìcos en el suelo.
Como querer regresar a la boca las palabras que ya fueron dichas.
O deshacer las acciones que ya fueron hechas.
Imposible.
E igualmente innecesario.
Pues por si no lo hemos notado, lo que ya paso, YA PASÒ.
YA NO ESTÀ PASANDO!!!
La reacciòn emocional que experimentamos, es posterior al hecho.
Es cuando el hecho ya fue consumado.
Y el negarnos a ver la realidad tal y cual es, ni deshace lo que es, ni hace que nos sintamos bien, ni nos aporta lucidez en relaciòn a lo que es para responder a ello adecuadamente.
Sòlo nos produce conflicto, sufrimiento, y paràlisis anìmica frente a lo que es.
Sentimiento de separaciòn frente a lo que es.
Y lo que es, es la VIDA expresàndose como eso que es en este momento; en cada momento.
¿Que aùn asì no puedo aceptar que X es Z?
No importa.
Siempre hay una segunda oportunidad de rendirme que està a mi alcance en todo momento.
SIEMPRE.
Y èsta es: ¿Puedo aceptar que no acepto?
Ah!
Ahora si que no hay excusas!
¿Y con eso què?
Que si puedo aceptarme a mi mismo, como sea que me sienta frente al hecho X, entonces puedo sentirme en paz conmigo mismo, a pesar de que X sea Z, y a pesar de que yo aùn no lo acepte.
Entonces descubro, como sin quererlo, que ya ni me afecta tanto, ni me importa entonces tanto el que X sea Z.
Y por sobre todo, lo màs importante: hay paz en mi, en el corazòn de mi vida, de mi vivir.
Paz en el corazòn de la tormenta.
Paz en el corazòn, en MI CORAZÒN.
Y esto es todo lo que cuenta.
R.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
ESTO ES ESO.
-
Esto es Eso,
no te distraigas,
ni te confundas!
Esto es Eso,
y Eso es todo lo que Es,
y lo es Todo.
Esto es Eso, y
Eso, no es ni màs ni
menos que la VIDA.
Esto es la VIDA,
y nunca se supuso
que debiera ser de otro modo.
Esta es la VIDA,
y la vida es esto;
Eso, en forma de formas de vida.
Esto es Eso, que es
ni màs ni menos que la VIDA,
o sea, Eso, manifestàndose como todo esto.
Esta es la VIDA,
y no hay otra vida
que no sea siempre Eso.
Eso, es esto,
y esto es la VIDA!
no hay otra vida que no sea esto!
Esto es la VIDA,
y la VIDA es esto,
o sea, Eso, que es la VIDA siendo esto.
No te distraigas,
no te confundas,
ni te dejes confundir!
No hay nada que buscar,
no hay ningùn secreto oculto,
lo que es es lo que hay.
Esto es la VIDA!
Esta es la VIDA!
Nunca se supuso que debiera ser diferente.
Esto es la VIDA!
y la VIDA es esto!
no hay nada que hallar!
Y ya sè que suena
como un tonto trabalenguas
difìcil y redundante,
pero sòlo un idiota
se la pasa la vida
saliendo a buscar por ahì
el lugar del que nunca se fuè,
del que nunca partiò,
donde no hay còmo "llegar".
Què tonterìa pasarse la VIDA buscando,
y que se te pase la VIDA de largo,
sin darte cuenta de ser la VIDA pasando!
Creemos ser seres que buscan la VIDA,
y no nos damos cuenta que somos y siempre
hemos sido la VIDA, buscando...
R.
Esto es Eso,
no te distraigas,
ni te confundas!
Esto es Eso,
y Eso es todo lo que Es,
y lo es Todo.
Esto es Eso, y
Eso, no es ni màs ni
menos que la VIDA.
Esto es la VIDA,
y nunca se supuso
que debiera ser de otro modo.
Esta es la VIDA,
y la vida es esto;
Eso, en forma de formas de vida.
Esto es Eso, que es
ni màs ni menos que la VIDA,
o sea, Eso, manifestàndose como todo esto.
Esta es la VIDA,
y no hay otra vida
que no sea siempre Eso.
Eso, es esto,
y esto es la VIDA!
no hay otra vida que no sea esto!
Esto es la VIDA,
y la VIDA es esto,
o sea, Eso, que es la VIDA siendo esto.
No te distraigas,
no te confundas,
ni te dejes confundir!
No hay nada que buscar,
no hay ningùn secreto oculto,
lo que es es lo que hay.
Esto es la VIDA!
Esta es la VIDA!
Nunca se supuso que debiera ser diferente.
Esto es la VIDA!
y la VIDA es esto!
no hay nada que hallar!
Y ya sè que suena
como un tonto trabalenguas
difìcil y redundante,
pero sòlo un idiota
se la pasa la vida
saliendo a buscar por ahì
el lugar del que nunca se fuè,
del que nunca partiò,
donde no hay còmo "llegar".
Què tonterìa pasarse la VIDA buscando,
y que se te pase la VIDA de largo,
sin darte cuenta de ser la VIDA pasando!
Creemos ser seres que buscan la VIDA,
y no nos damos cuenta que somos y siempre
hemos sido la VIDA, buscando...
R.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Ser-eterno.
No se trata de filosofar al respecto, sino de ver.
¿Es posible, que aùn cuando existo en este contìnuo espacio-tiempo, pueda mi conciencia de ser, de ser yo mismo, no estar ligada a ninguna cualidad o caracterìstica especìfica de este mundo temporal?
¿Es posible sentirse eterno en medio del tiempo?
¿Es posible "saberse" atemporal mientras se fluye en la corriente de este devenir y acontecer del mundo llamado existencia?
¿Es posible ser eterno y al mismo tiempo absolùtamente ordinario, comùn?
¿Es posible que nuestra conciencia de ser, y por tanto la raìz de todo nuestro hacer, estè absolùtamente libre de toda memoria psicològica que lo liga a cualquier nociòn de temporalidad?
¿Es posible que nuestro diario vivir se vea libre de la anticipaciòn psicològica, y junto con ella, de todo el condicionamiento que significa tener al pasado, a la experiencia y el conocimiento almacenado en la memoria, como referencia o autoridad interior para ser-siendo?
Pues si no es posible, entoces la vida no es màs que una trampa impìa.
Sobrevivimos tratando de compensar mañana segùn la carencia que sentimos y no digerimos ayer.
Evocando constantemente lo que ya no es, superponièndolo a lo que es, negàndonos la posibilidad de florecer sin referencia alguna a nada pasado.
Mantenemos el pasado vivo en nuestra memoria en nuestro afàn de "superarlo".
Sin darnos cuenta que es nuestro mismo esfuerzo por "sanar" el pasado lo que mantiene vivo en nosotros el recuerdo del pasado, la imàgen de lo pasado, que es la que evoca en nosotros y recrea en el momento de recordarla, el dolor propio de dicha circunstancia, vuelta a imaginar por nosotros mismos segùn el "guiòn" del pasado.
Negàndole así al presente la posibilidad de ser nuevo y ùnico a cada instante como realmente es.
La vida jamàs se repite ni vuelve atràs.
Sòlo la memoria lo hace.
Y por màs que uno compare hoy con ayer o con la proyecciòn de un posible mañana, sòlo ahora la vida es, y es asì tal y cual es, y punto.
Insisto, ¿puedo dejar al pasado almacenado en forma de huella de experiencia en mi memoria, sumergirse en definitiva inactividad?
¿Puedo abandonar toda guìa para ser?
¿Puedo abandonar, no por esfuerzo o ejercicio de voluntad, sino por ver su futilidad y el sufrimiento innecesario que me ocaciona, todo intento de "modificar mañana con mis acciones de hoy lo que ayer ya fue y ya no es màs ni jamàs vovlverà a ser"?
¿Puedo morir para todo lo pasado?
No sòlo para el recuerdo del placer y los placeres, ¿sino tambièn para el recuerdo de todo dolor?
¿Puedo dejar que el pasado muera en mi?
¿Puedo abandonarlo, soltarlo, dejarlo partir?
¿Puedo dejar el pasado en paz?
¿Puedo dejar que "los muertos entierren a sus muertos"?
No la memoria de lo que pasò o no pasò, sino la insistencia en tomar lo que pasò o no pasò como referencia para ser ahora, lo cual lo convierte en memoria psicològica.
Quedo preso, con mi atenciòn presa del pasado y mi sensibilidad acotada para vivir y amar y responder al presente, cuando no suelto lo pasado para tratar de "modificarlo".
Cuando hago algo, no porque sienta hacerlo, por que es lo que siento con todo mi ser hacer con contento ahora, sino por que...
Por lo que sea que antes haya pasado o no haya pasado y està tratando entonces ahora de "compensarlo", de "mejorarlo", de "crecer", etc.
Para "vengarme", para "tomar justa revancha", para "desquitarme de la vida", para "prevenirme", etc.
Sòlo cuando se està libre del pasado se està libre del tiempo.
Y sòlo cuando se està libre del tiempo puede el ser, que es lo eterno, lo atemporal, florecer, siendo sin ninguna referencia, "màs allà" del tiempo, y en èl al mismo tiempo.
Entonces, como el bote que està en el agua pero que no tiene agua en èl, asì nosotros existimos-estamos en el tiempo, pero este no està en nuestra conciencia de ser.
Estamos en el mundo, pero no somos del mundo.
Esta es la ùnica y verdadera libertad interior, la verdadera liberaciòn.
No los poderes, ni el circo, ni la extravagancia, ni el "màs allà".
Sino la completa y absoluta libertad respecto de toda idea, de toda condiciòn para ser nacida de la formulaciòn de la temporalidad.
Y èste es un fruto que ninguna acciòn, ningùn mètodo o aprendizaje, que ningùn esfuerzo ni tècnica, ni nada que tome tiempo nos puede ni nos podrà brindar jamàs.
¿Y sin la idea de que mi historia de vida deberìa haber sido distinta?
¿y sin la idea de que ayer deberìa haber sido distinto?
¿Y sin la idea de que hoy deberìa haber sido distinto?
¿Y sin la idea de ahora deberìa haber sido distinto?
¿Y sin la idea de que yo deberìa haber sido distinto?
Entonces puedo sentir el "perfume" de lo sin-tiempo, siendo.
Floreciendo.
En mi y en todo lo que es a cada instante.
Entonces se ve, se VE, que esto es ESO.
ESO, es esto.
La ilusiòn, el error, es pensar que ESO es otra cosa.
No vemos, porque comparamos constantemente esto con nuestra ideas extraìdas de la experiencia, del pasado.
Entonces nos perdemos en el presente, el perfume inèquivoco de lo eterno floreciendo.
De ESO, siendo esto.
Esto es nirvana.
Darse cuenta de que las apariencias nunca nos engañan ni nos engañaron jamàs.
Sòlo nuestras creencias sobre las apariencias son las que no nos dejan darnos cuenta de ESO apareciendo como esto.
Este es el reino de los cielos, aquì y ahora.
Como lo expresara bellamente William Blake:
"Ver un mundo en un grano de arena y un cielo en una flor silvestre, tener el infinito en la palma de la mano y la Eternidad en una hora."
R.
¿Es posible, que aùn cuando existo en este contìnuo espacio-tiempo, pueda mi conciencia de ser, de ser yo mismo, no estar ligada a ninguna cualidad o caracterìstica especìfica de este mundo temporal?
¿Es posible sentirse eterno en medio del tiempo?
¿Es posible "saberse" atemporal mientras se fluye en la corriente de este devenir y acontecer del mundo llamado existencia?
¿Es posible ser eterno y al mismo tiempo absolùtamente ordinario, comùn?
¿Es posible que nuestra conciencia de ser, y por tanto la raìz de todo nuestro hacer, estè absolùtamente libre de toda memoria psicològica que lo liga a cualquier nociòn de temporalidad?
¿Es posible que nuestro diario vivir se vea libre de la anticipaciòn psicològica, y junto con ella, de todo el condicionamiento que significa tener al pasado, a la experiencia y el conocimiento almacenado en la memoria, como referencia o autoridad interior para ser-siendo?
Pues si no es posible, entoces la vida no es màs que una trampa impìa.
Sobrevivimos tratando de compensar mañana segùn la carencia que sentimos y no digerimos ayer.
Evocando constantemente lo que ya no es, superponièndolo a lo que es, negàndonos la posibilidad de florecer sin referencia alguna a nada pasado.
Mantenemos el pasado vivo en nuestra memoria en nuestro afàn de "superarlo".
Sin darnos cuenta que es nuestro mismo esfuerzo por "sanar" el pasado lo que mantiene vivo en nosotros el recuerdo del pasado, la imàgen de lo pasado, que es la que evoca en nosotros y recrea en el momento de recordarla, el dolor propio de dicha circunstancia, vuelta a imaginar por nosotros mismos segùn el "guiòn" del pasado.
Negàndole así al presente la posibilidad de ser nuevo y ùnico a cada instante como realmente es.
La vida jamàs se repite ni vuelve atràs.
Sòlo la memoria lo hace.
Y por màs que uno compare hoy con ayer o con la proyecciòn de un posible mañana, sòlo ahora la vida es, y es asì tal y cual es, y punto.
Insisto, ¿puedo dejar al pasado almacenado en forma de huella de experiencia en mi memoria, sumergirse en definitiva inactividad?
¿Puedo abandonar toda guìa para ser?
¿Puedo abandonar, no por esfuerzo o ejercicio de voluntad, sino por ver su futilidad y el sufrimiento innecesario que me ocaciona, todo intento de "modificar mañana con mis acciones de hoy lo que ayer ya fue y ya no es màs ni jamàs vovlverà a ser"?
¿Puedo morir para todo lo pasado?
No sòlo para el recuerdo del placer y los placeres, ¿sino tambièn para el recuerdo de todo dolor?
¿Puedo dejar que el pasado muera en mi?
¿Puedo abandonarlo, soltarlo, dejarlo partir?
¿Puedo dejar el pasado en paz?
¿Puedo dejar que "los muertos entierren a sus muertos"?
No la memoria de lo que pasò o no pasò, sino la insistencia en tomar lo que pasò o no pasò como referencia para ser ahora, lo cual lo convierte en memoria psicològica.
Quedo preso, con mi atenciòn presa del pasado y mi sensibilidad acotada para vivir y amar y responder al presente, cuando no suelto lo pasado para tratar de "modificarlo".
Cuando hago algo, no porque sienta hacerlo, por que es lo que siento con todo mi ser hacer con contento ahora, sino por que...
Por lo que sea que antes haya pasado o no haya pasado y està tratando entonces ahora de "compensarlo", de "mejorarlo", de "crecer", etc.
Para "vengarme", para "tomar justa revancha", para "desquitarme de la vida", para "prevenirme", etc.
Sòlo cuando se està libre del pasado se està libre del tiempo.
Y sòlo cuando se està libre del tiempo puede el ser, que es lo eterno, lo atemporal, florecer, siendo sin ninguna referencia, "màs allà" del tiempo, y en èl al mismo tiempo.
Entonces, como el bote que està en el agua pero que no tiene agua en èl, asì nosotros existimos-estamos en el tiempo, pero este no està en nuestra conciencia de ser.
Estamos en el mundo, pero no somos del mundo.
Esta es la ùnica y verdadera libertad interior, la verdadera liberaciòn.
No los poderes, ni el circo, ni la extravagancia, ni el "màs allà".
Sino la completa y absoluta libertad respecto de toda idea, de toda condiciòn para ser nacida de la formulaciòn de la temporalidad.
Y èste es un fruto que ninguna acciòn, ningùn mètodo o aprendizaje, que ningùn esfuerzo ni tècnica, ni nada que tome tiempo nos puede ni nos podrà brindar jamàs.
¿Y sin la idea de que mi historia de vida deberìa haber sido distinta?
¿y sin la idea de que ayer deberìa haber sido distinto?
¿Y sin la idea de que hoy deberìa haber sido distinto?
¿Y sin la idea de ahora deberìa haber sido distinto?
¿Y sin la idea de que yo deberìa haber sido distinto?
Entonces puedo sentir el "perfume" de lo sin-tiempo, siendo.
Floreciendo.
En mi y en todo lo que es a cada instante.
Entonces se ve, se VE, que esto es ESO.
ESO, es esto.
La ilusiòn, el error, es pensar que ESO es otra cosa.
No vemos, porque comparamos constantemente esto con nuestra ideas extraìdas de la experiencia, del pasado.
Entonces nos perdemos en el presente, el perfume inèquivoco de lo eterno floreciendo.
De ESO, siendo esto.
Esto es nirvana.
Darse cuenta de que las apariencias nunca nos engañan ni nos engañaron jamàs.
Sòlo nuestras creencias sobre las apariencias son las que no nos dejan darnos cuenta de ESO apareciendo como esto.
Este es el reino de los cielos, aquì y ahora.
Como lo expresara bellamente William Blake:
"Ver un mundo en un grano de arena y un cielo en una flor silvestre, tener el infinito en la palma de la mano y la Eternidad en una hora."
R.
lunes, 20 de septiembre de 2010
Que en paz descanses.
Admitirse, distenderse, aceptarse, rendirse.
Como sea que uno se lo plantèe.
El asunto es uno solo y el mismo: el final del conflicto y el sufrimiento en mi interior.
Lo cual marca en final del conflicto y el sufrimiento en mi vida.
Pues si no hay paz adentro, no hay paz afuera.
Si no hay comuniòn con uno mismo, no hay comuniòn con nada ni con nadie; hay tan sòlo aislamiento, conflicto y sufrimiento constante.
El deseo absurdo de querer cambiar lo que somos es lo que no nos deja sentirnos en paz siendo lo que somos.
Es por ello por lo que no podemos jamàs ser-en-paz.
Y es por ello por lo que nuestro vivir es una lucha, un esfuerzo contante, y un desòrden, un sin-sentido.
No hay en ella inteligencia, sensibilidad.
Hay fuerza bruta, voluntad, empuje, deseo de control, de imposiciòn.
Y sufrimiento.
Pues todo el sufrimiento no es otra cosa que nuestro tratar de imponerle un cambio a la realidad.
Y hasta que no sejemos en nuestro empeño, no habrà paz.
Y sin paz, cualquier cambio que creamos haber hecho, es en el fondo, màs de lo mismo.
Es sòlo desde esa paz que la inteligencia puede operar, y dar la respuesta adecuada al reto de la vida en cada momento.
Entonces hay naturalmente òrden.
Pues la inteligencia no pone òrden; la inteligencia nos previene de crear sufrimiento y desòrden, tanto dentro como fuera nuestro.
No "crea abundancia", sino que elimina de uno el sentimiento de carencia, de necesidad.
Pues rico, verdaderamente rico, es quien interiormente carece de necesidades y deseos, y vive por tanto en una constante y renovada completitud de si mismo.
Quien desea o cree necesitar no es jamàs rico; es en realidad, un pordiosero con o sin dinero, pero pordiosero al fin.
¿Puedo aceptar como soy?
Y si la respuesta es no, ¿puedo aceptar que no me acepto?
¿Puedo admitirme?
O sea, ¿puedo admitir que a pesar de todos mis esfuerzos y los de casi todos los que me rodean, yo en realidad sigo siendo simplemente yo?
¿Puedo dejar de resistir-me?
¿Dejar de resistir a sentirme como sea que me sienta?
¿Puedo dejarme ser?
¿Entregarme simplemente a ser?
¿Puedo rendirme?
¿Puedo yo renunciar a seguir tratando de no ser yo?
¿Puedo renunciar a seguir tratando de llegar a ser?
¿Puedo renunciar a seguir tratando de cambiar el mundo, de salvarlo, de imponerme?
¿Puedo renunciar a saber?
¿A anticipar?
¿A seguir rumiando eternamente sobre lo que ya no es, ni jamàs va a volver a ser?
¿Puedo yo renunciar a seguir persiguiendo lo que jamàs fue, ni es, ni jamàs llegarè a ser?
¿Puedo dejar de hacer como que yo no soy yo?
¿Como que no me siento como si me siento?
¿Puedo simplemente rendirme?
R.
Como sea que uno se lo plantèe.
El asunto es uno solo y el mismo: el final del conflicto y el sufrimiento en mi interior.
Lo cual marca en final del conflicto y el sufrimiento en mi vida.
Pues si no hay paz adentro, no hay paz afuera.
Si no hay comuniòn con uno mismo, no hay comuniòn con nada ni con nadie; hay tan sòlo aislamiento, conflicto y sufrimiento constante.
El deseo absurdo de querer cambiar lo que somos es lo que no nos deja sentirnos en paz siendo lo que somos.
Es por ello por lo que no podemos jamàs ser-en-paz.
Y es por ello por lo que nuestro vivir es una lucha, un esfuerzo contante, y un desòrden, un sin-sentido.
No hay en ella inteligencia, sensibilidad.
Hay fuerza bruta, voluntad, empuje, deseo de control, de imposiciòn.
Y sufrimiento.
Pues todo el sufrimiento no es otra cosa que nuestro tratar de imponerle un cambio a la realidad.
Y hasta que no sejemos en nuestro empeño, no habrà paz.
Y sin paz, cualquier cambio que creamos haber hecho, es en el fondo, màs de lo mismo.
Es sòlo desde esa paz que la inteligencia puede operar, y dar la respuesta adecuada al reto de la vida en cada momento.
Entonces hay naturalmente òrden.
Pues la inteligencia no pone òrden; la inteligencia nos previene de crear sufrimiento y desòrden, tanto dentro como fuera nuestro.
No "crea abundancia", sino que elimina de uno el sentimiento de carencia, de necesidad.
Pues rico, verdaderamente rico, es quien interiormente carece de necesidades y deseos, y vive por tanto en una constante y renovada completitud de si mismo.
Quien desea o cree necesitar no es jamàs rico; es en realidad, un pordiosero con o sin dinero, pero pordiosero al fin.
¿Puedo aceptar como soy?
Y si la respuesta es no, ¿puedo aceptar que no me acepto?
¿Puedo admitirme?
O sea, ¿puedo admitir que a pesar de todos mis esfuerzos y los de casi todos los que me rodean, yo en realidad sigo siendo simplemente yo?
¿Puedo dejar de resistir-me?
¿Dejar de resistir a sentirme como sea que me sienta?
¿Puedo dejarme ser?
¿Entregarme simplemente a ser?
¿Puedo rendirme?
¿Puedo yo renunciar a seguir tratando de no ser yo?
¿Puedo renunciar a seguir tratando de llegar a ser?
¿Puedo renunciar a seguir tratando de cambiar el mundo, de salvarlo, de imponerme?
¿Puedo renunciar a saber?
¿A anticipar?
¿A seguir rumiando eternamente sobre lo que ya no es, ni jamàs va a volver a ser?
¿Puedo yo renunciar a seguir persiguiendo lo que jamàs fue, ni es, ni jamàs llegarè a ser?
¿Puedo dejar de hacer como que yo no soy yo?
¿Como que no me siento como si me siento?
¿Puedo simplemente rendirme?
R.
El conflicto es nuestra reacciòn a algo que ya no es.
Pues lo que ya pasò, ya pasò!
No importa si hace diez años o diez segundos, o un segundo.
Ya fue; y ya no es.
Y es el no aceptar que ya fue como fue, lo que hace que mi atenciòn siga en el momento presente aferrada a la memoria de lo que ya no es, y me pierda asì la frescura del momento presente.
Momento que por otra parte, es ùnico, nuevo, fresco, absolùtamente efìmero, e irrepetible.
Cuando "vivo" el presente a travès de la distorsiòn de la memoria que se impone como medida de còmo debo vivir en este momento, no estoy viviendo en funciòn de la vida tal y cual la siento en este momento, sino en funciòn de lo que ocurriò o no ocurriò en el pasado.
No vuelvas jamàs la vista atràs , o te volveràs estatua de sal.
Sòlo cuando se muere para todo lo pasado, dejando que el pasado florezca y se marchite muriendo en uno, se es libre en el presente, para vivir el presente libremente, y poder asì en el mismo florecer a cada instante, sin el condicionamiento de tener que ser o no ser en funciòn de lo que un dìa pasò.
R.
No importa si hace diez años o diez segundos, o un segundo.
Ya fue; y ya no es.
Y es el no aceptar que ya fue como fue, lo que hace que mi atenciòn siga en el momento presente aferrada a la memoria de lo que ya no es, y me pierda asì la frescura del momento presente.
Momento que por otra parte, es ùnico, nuevo, fresco, absolùtamente efìmero, e irrepetible.
Cuando "vivo" el presente a travès de la distorsiòn de la memoria que se impone como medida de còmo debo vivir en este momento, no estoy viviendo en funciòn de la vida tal y cual la siento en este momento, sino en funciòn de lo que ocurriò o no ocurriò en el pasado.
No vuelvas jamàs la vista atràs , o te volveràs estatua de sal.
Sòlo cuando se muere para todo lo pasado, dejando que el pasado florezca y se marchite muriendo en uno, se es libre en el presente, para vivir el presente libremente, y poder asì en el mismo florecer a cada instante, sin el condicionamiento de tener que ser o no ser en funciòn de lo que un dìa pasò.
R.
Este òmnibus no va a ninguna parte.
.
¿Hay algo que pueda hacer que yo sea màs yo de lo que yo ya soy?
NO.
Nada ni nadie puede hacer que yo sea màs yo de lo que yo ya soy.
Nada.
Ninguna suma de conocimiento, de experiencias, de mètodos o tècnicas, de meditaciones, oraciones o disciplinas, de objetos, personas o circunstancias.
Nada puede agregarme màs yo-soy-dad.
Ni tampoco quitàrmela.
Yo soy yo.
Yo ya soy yo.
Yo siempre he sido yo.
Y nunca podrè "llegar a ser" otro.
Nunca, de ningùn modo.
Yo, es lo mismo que decir Ser, o conciencia de ser èste ser siendo, al cual llamo yo.
Yo; el pronombre con el cual la vida se nombra a si misma al hacerse conciente de si misma, en tanto que particularidad ùnica, o expresiòn ùnica de VIDA.
Yo no es una mala palabra.
Es simplemente un sonido, y no entraña en si ningùn inconveniente ni atrae maldiciòn alguna sobre quien lo usa.
El problema comienza cuando se cree ser idèntico a una circunstancia particular, interior o exterior; cuando se cree ser exclusivamente asì o asà.
Ahì comienza el sentimiento de separaciòn y conflicto en relaciòn al fluìr, siempre cambiante de las manifestaciones de la vida que es uno mismo siendo, en vital relaciòn con todas las demàs cambiantes manifestaciones ùnicas de la misma Vida Una que todo y todos somos.
Ahì comienza el aislamiento, el alienamiento.
"Desconectado" de mi propio y verdadero sentir, de mi verdadero ser, empiezo a desconectar tambièn de la realidad en que, como ser, me muevo.
A desconectarme de la VIDA, en la cual nos movemos y tenemos nuestro ser.
Ahora vivo en fantasìa.
Ya no me siento ser, pues mi atenciòn està presa de la historia del "llegar a ser" o del "volver a ser nuevamente", lo cual es lo mismo.
Asì se gesta en uno el sentimiento de "no ser completamente yo" o carencia interior, y junto con èl, la nociòn de tener que "hacer algo", y junto a la misma, la idea de que necesito adquirir, o en su defecto, desembarazarme de determinados objetos, para asì poder, algùn dìa tal vez, volver a ser totalmente yo, plenamente yo otra vez.
De ese modo la vida deja de ser el vivir, para tranformarse en el delirio de un viaje hacia la tierra prometida del llegar a lograr sentirme yo, YO de nuevo.
Se transforma en una peregrinaciòn hacia fantasìa.
Y en dicha peregrinaciòn desojamos la ùnica oportunidad vital con la que contamos, como si de una margarita se tratase.
Y margaritas hay miles, pero vida, hay sòlo esta.
Sòlo ahora estamos vivos.
Si no es ahora, ¿cuàndo?
Y asì vamos, repitièndonos el cuento con el cual nos convencemos a nosotros mismos de que sabemos, de que estamos seguros, de que entendemos perfèctamente de què se trata vivir, y de que estamos seguros de que al lograr primero esto y luego aquello, vamos a arribar, final y certeramente a la tierra prometida de fantasìa.
Existimos alucinando, alienados, entre la maraña de fantasìas tejidas por las palabras en un cerebro que no discierne la miel de la hiel, el amor del placer, la libertad del sinsentido, la fantasìa de la realidad.
Pues estamos convencidos.
Creemos saber, entender.
Y si no, miren! miren todas las palabras y explicaciones que tenemos para justificar nuestra infelicidad y la desdicha constante en la cual vivimos!
Lo que sea que uno crea saber, lo que sea que uno crea entender, son tan sòlo palabras que no significan nada; nada màs que màs palabras que tampoco significan nada.
Lo que sea que uno crea entender, soy yo pensando; intoxicado, delirando, pensando palabras que carecen de sustancia y significaciòn alguna, a excepciòn de la que yo les otorgue.
Uno cree conocer.
¿Pero què es "lo conocido"?
Tan sòl habito y palabras.
O sea, lo que uno està acostumbrado a nombrar y asociar, jurando que ello tiene un tremendo sentido, aùn cuando ello nos haya conducido de manera evidente a una vida conflictiva, complicada, solitaria, carente, desdichada, y sin sentido.
Palabras y màs palabras, palabras con las que nos convencemos, con las que nos envalentonamos para volver a la carga e intentar otra vez màs por el mismo camino.
Palabras con las que nos damos ànimos y esperanza para no desistir y bajarnos de una vez por todas de esta calesita estùpida, de este drama aburrido y sin pasiòn ni ternura ni gracia alguna.
Palabras que no dicen nada, que sòlo requieren màs palabras que se explican con màs palabras ad nauseam.
Palabras que no significan nada, porque nosotros las hemos inventado tanto a ellas como a sus significados.
Por fuera de ellas, el misterio, sea lo que sea que ello sea, la vida verdadera, real.
Como sea que para cada quien ello se desenvuelva.
Donde ya no hay màs nada que entender.
Renunciar a entender es abrir la puerta al florecer del misterio ùnico e irrepetible de ser, al florecer de esta magnìfica, ùnica e irrepetible oportunidad humana, como gusta llamarla mi amiga S.
Simplemente ser floreciendo, o sea, siendo.
A cada instante.
No "llegar a ser" mañana, que es nunca.
Sino ya.
Basta con darse cuenta de que no hay nada que yo necesite para simplemente ser yo.
Y es de eso de lo que se trata esta, mi vida; mi oportunidad humana.
Pues entèrese: este òmnibus llamado vida no va a ningùn lado, no llega a ninguna parte, no desemboca en ningùn lugar.
Y el viaje no es màs que lo que usted haga de su viajar.
Como sea que usted viva, lo que sea que usted viva en respuesta a lo que vaya apareciendo en el paisaje, èso serà para usted el viaje.
No hay en ello ningùn propòsito.
El propòsito que la vida ha tenido al ser usted es ¡ser usted!
Tal y cual usted es.
La vida no tiene meta.
¡Deje ya de esforzarse por llegar a ser-hacer-tener-sentir!
Y simplemente viva. ¡Viva!
Sea usted mismo tal y cual usted mismo es, ha sido y serà.
No se engañe màs con la idea de que "cuando logre..." voy a poder ser realmente yo y entonces voy a vivir feliz...
No hay lugar donde llegar.
Este òmnibus no va a ninguna parte.
Y la arena del reloj, vertiginosa, ya se està escurriendo...
R.
¿Hay algo que pueda hacer que yo sea màs yo de lo que yo ya soy?
NO.
Nada ni nadie puede hacer que yo sea màs yo de lo que yo ya soy.
Nada.
Ninguna suma de conocimiento, de experiencias, de mètodos o tècnicas, de meditaciones, oraciones o disciplinas, de objetos, personas o circunstancias.
Nada puede agregarme màs yo-soy-dad.
Ni tampoco quitàrmela.
Yo soy yo.
Yo ya soy yo.
Yo siempre he sido yo.
Y nunca podrè "llegar a ser" otro.
Nunca, de ningùn modo.
Yo, es lo mismo que decir Ser, o conciencia de ser èste ser siendo, al cual llamo yo.
Yo; el pronombre con el cual la vida se nombra a si misma al hacerse conciente de si misma, en tanto que particularidad ùnica, o expresiòn ùnica de VIDA.
Yo no es una mala palabra.
Es simplemente un sonido, y no entraña en si ningùn inconveniente ni atrae maldiciòn alguna sobre quien lo usa.
El problema comienza cuando se cree ser idèntico a una circunstancia particular, interior o exterior; cuando se cree ser exclusivamente asì o asà.
Ahì comienza el sentimiento de separaciòn y conflicto en relaciòn al fluìr, siempre cambiante de las manifestaciones de la vida que es uno mismo siendo, en vital relaciòn con todas las demàs cambiantes manifestaciones ùnicas de la misma Vida Una que todo y todos somos.
Ahì comienza el aislamiento, el alienamiento.
"Desconectado" de mi propio y verdadero sentir, de mi verdadero ser, empiezo a desconectar tambièn de la realidad en que, como ser, me muevo.
A desconectarme de la VIDA, en la cual nos movemos y tenemos nuestro ser.
Ahora vivo en fantasìa.
Ya no me siento ser, pues mi atenciòn està presa de la historia del "llegar a ser" o del "volver a ser nuevamente", lo cual es lo mismo.
Asì se gesta en uno el sentimiento de "no ser completamente yo" o carencia interior, y junto con èl, la nociòn de tener que "hacer algo", y junto a la misma, la idea de que necesito adquirir, o en su defecto, desembarazarme de determinados objetos, para asì poder, algùn dìa tal vez, volver a ser totalmente yo, plenamente yo otra vez.
De ese modo la vida deja de ser el vivir, para tranformarse en el delirio de un viaje hacia la tierra prometida del llegar a lograr sentirme yo, YO de nuevo.
Se transforma en una peregrinaciòn hacia fantasìa.
Y en dicha peregrinaciòn desojamos la ùnica oportunidad vital con la que contamos, como si de una margarita se tratase.
Y margaritas hay miles, pero vida, hay sòlo esta.
Sòlo ahora estamos vivos.
Si no es ahora, ¿cuàndo?
Y asì vamos, repitièndonos el cuento con el cual nos convencemos a nosotros mismos de que sabemos, de que estamos seguros, de que entendemos perfèctamente de què se trata vivir, y de que estamos seguros de que al lograr primero esto y luego aquello, vamos a arribar, final y certeramente a la tierra prometida de fantasìa.
Existimos alucinando, alienados, entre la maraña de fantasìas tejidas por las palabras en un cerebro que no discierne la miel de la hiel, el amor del placer, la libertad del sinsentido, la fantasìa de la realidad.
Pues estamos convencidos.
Creemos saber, entender.
Y si no, miren! miren todas las palabras y explicaciones que tenemos para justificar nuestra infelicidad y la desdicha constante en la cual vivimos!
Lo que sea que uno crea saber, lo que sea que uno crea entender, son tan sòlo palabras que no significan nada; nada màs que màs palabras que tampoco significan nada.
Lo que sea que uno crea entender, soy yo pensando; intoxicado, delirando, pensando palabras que carecen de sustancia y significaciòn alguna, a excepciòn de la que yo les otorgue.
Uno cree conocer.
¿Pero què es "lo conocido"?
Tan sòl habito y palabras.
O sea, lo que uno està acostumbrado a nombrar y asociar, jurando que ello tiene un tremendo sentido, aùn cuando ello nos haya conducido de manera evidente a una vida conflictiva, complicada, solitaria, carente, desdichada, y sin sentido.
Palabras y màs palabras, palabras con las que nos convencemos, con las que nos envalentonamos para volver a la carga e intentar otra vez màs por el mismo camino.
Palabras con las que nos damos ànimos y esperanza para no desistir y bajarnos de una vez por todas de esta calesita estùpida, de este drama aburrido y sin pasiòn ni ternura ni gracia alguna.
Palabras que no dicen nada, que sòlo requieren màs palabras que se explican con màs palabras ad nauseam.
Palabras que no significan nada, porque nosotros las hemos inventado tanto a ellas como a sus significados.
Por fuera de ellas, el misterio, sea lo que sea que ello sea, la vida verdadera, real.
Como sea que para cada quien ello se desenvuelva.
Donde ya no hay màs nada que entender.
Renunciar a entender es abrir la puerta al florecer del misterio ùnico e irrepetible de ser, al florecer de esta magnìfica, ùnica e irrepetible oportunidad humana, como gusta llamarla mi amiga S.
Simplemente ser floreciendo, o sea, siendo.
A cada instante.
No "llegar a ser" mañana, que es nunca.
Sino ya.
Basta con darse cuenta de que no hay nada que yo necesite para simplemente ser yo.
Y es de eso de lo que se trata esta, mi vida; mi oportunidad humana.
Pues entèrese: este òmnibus llamado vida no va a ningùn lado, no llega a ninguna parte, no desemboca en ningùn lugar.
Y el viaje no es màs que lo que usted haga de su viajar.
Como sea que usted viva, lo que sea que usted viva en respuesta a lo que vaya apareciendo en el paisaje, èso serà para usted el viaje.
No hay en ello ningùn propòsito.
El propòsito que la vida ha tenido al ser usted es ¡ser usted!
Tal y cual usted es.
La vida no tiene meta.
¡Deje ya de esforzarse por llegar a ser-hacer-tener-sentir!
Y simplemente viva. ¡Viva!
Sea usted mismo tal y cual usted mismo es, ha sido y serà.
No se engañe màs con la idea de que "cuando logre..." voy a poder ser realmente yo y entonces voy a vivir feliz...
No hay lugar donde llegar.
Este òmnibus no va a ninguna parte.
Y la arena del reloj, vertiginosa, ya se està escurriendo...
R.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)